Capítulo13.

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—Está vivo, era Bucky— murmuró Steve mientras su mirada estaba clavada en las esposas —Fue como si no me conociera.

Elara estaba escuchando a su amigo, pero en ciertos momentos su mente se encontraba ideando un plan para salir de ahí. La castaña estaba observando las esposas para descifrar como abrirlas.

—¿Cómo es posible? Eso fue hace como setenta años— preguntó Sam junto al capitán.

Natasha estaba sentada junto a la castaña, la agente estaba tratando de soportar el dolor, del otro lado de Elara se encontraban dos agentes armados.

—Zola, la unidad de Bucky fue capturada en 1943. Zola experimentó con él. Lo que sea que le hizo lo ayudó a sobrevivir. Deben haberlo encontrado.

—Nada de esto es tu culpa, Steve— murmuró la agente.

—Aún cuando no tenía nada, tenía a Bucky.

La agente se quejó de dolor, llamando la atención de los presentes —Oye— la castaña habló hacia los agentes de aquella organización —Necesitamos ir a un médico, morirá si no lo hacemos— Elara comenzó a apretar la herida de Natasha para evitar que la sangre siguiera brotando.

En el interior de la oscura y silenciosa camioneta, el ambiente estaba cargado de tensión. Las luces de la carretera apenas penetraban a través de las ventanas, iluminando brevemente los rostros serios de los ocupantes. Steve, con la mirada fija en Elara, rompió el incómodo silencio.

—Elara, ¿de verdad nunca viste la cara de Bucky? —preguntó, su tono frío pero controlado.

—Te dije que no —respondió, su voz firme y sin vacilación.

Steve frunció el ceño, mostrando una mezcla de incredulidad y desconfianza.

—No lo sé —dijo lentamente —¿qué más no nos has dicho?

Elara se enderezó, sintiendo la intensidad de la mirada de Steve clavarse en ella. Su paciencia estaba al límite.

—¿Piensas que estoy ocultando algo más? —replicó, su tono subiendo una octava.

La atmósfera se volvió aún más densa. Los otros ocupantes de la camioneta, aunque silenciosos, sentían la creciente tensión. Elara respiró hondo antes de continuar.

—Jamás vi su rostro —repitió, cada palabra cargada de sinceridad —Lo único que sabía es que con unas simples palabras podían hacer que él hiciera cualquier cosa... al igual que conmigo.

Steve permaneció en silencio, sus ojos suavizándose ligeramente, pero todavía llenos de preocupación y dudas. Elara sostuvo su mirada, dejando claro que no tenía más secretos que revelar.

—A ver, par de idiotas, necesitamos llevarla al hospital o ustedes hagan algo— la castaña se hizo para atrás en su asiento al ver como el agente alzó una porra eléctrica para amenazarla. Las manos de la joven ya estaban llenas de la sangre de la agente —Tranquila— le decía repetidamente.

Aquel agente que amenazó a la castaña presionó la porra contra el cuerpo del otro agente a su lado para después golpearlo. Elara estaba sorprendida por la escena. Se quitó el casco con dificultad, dejando ver a la agente Hill.

—Esta cosa estaba estrujando mi cerebro— la mujer acomodó su cabello —¿Quién es este?— preguntó viendo a Sam.

—Ustedes dos— señaló a las dos mujeres a sus lados —Me hacen dudar de mi sexualidad— Steve dejó salir una rosa ante las palabras de la joven —Sigo ofendida contigo por dudar de mí, Rogers.

Después de unos minutos de incómodo silencio, la camioneta se detuvo bruscamente.

El sonido de la puerta trasera abriéndose resonó en el vehículo. La luz del exterior inundó el oscuro interior, revelando las caras preocupadas y agotadas de los ocupantes. Steve fue el primero en moverse, saltando fuera de la camioneta para evaluar la situación. Luego, se volvió hacia Natasha, tendiéndole la mano.

GHOST (Bucky Barnes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora