Una tarde, Safiro llamó a Brynjar y a Axel y les explicó que la figura que tenía el amuleto se conocía como "el nudo de la bruja". Lo usaban en la antigüedad los vikingos y las tribus celtas. Representaba la reencarnación, la vida y la muerte. Con él, podías encontrar a tu alma gemela y conseguir otros beneficios dependiendo del hechizo que utilizaras. Hoy en día, no era más que una leyenda, una simple joya que podías comprar en Amazon. Para activarlo, se necesitaba emplear un hechizo, pero la parte más interesante era que no cualquier brujo podía realizarlo, sino que debía ser un descendiente directo de la tribu celta.
—Axel, ¿sabes lo que eso significa? —preguntó Brynjar después de cortar la llamada con Safiro.
—¿Kelly?
—Exacto. Su abuela le dio el collar, así que ella debe saber algo. ¿Te apetece hacerle una visita?
—Me parece genial —respondió con interés—. Vamos para allá.
De camino a casa de Kelly, Axel llamó varias veces a su teléfono, pero ella no atendía la llamada. Así que no les quedó más opción que llegar sin avisar. Una vez allí, Brynjar se quedó en la camioneta y fue Axel quien se bajó para ir a hablar con la chica. Llamó a la puerta varias veces, pero nadie respondía. El Jeep tampoco estaba, lo que le daba un claro indicio de que no había nadie en casa. Así que desistió y se dio la vuelta para marcharse. Estaba bajando las escaleras de la entrada cuando se abrió la puerta. Una mujer de baja estatura, delgada, morena, con el cabello marrón y unos ojos negros escrutadores asomó la cabeza y lo observó detenidamente.
—¡Buenas noches! ¿Qué desea? —preguntó con la puerta entreabierta, mirando detalladamente a Axel.
—Buenas noches, señora. Soy Axel, es un placer conocerla —respondió con una amplia sonrisa mientras se acercaba y le ofrecía la mano.
La señora observó su mano con recelo. Sentía una extraña sensación en ese joven y prefirió mantener la distancia. Axel respetó su prudencia y, para brindarle confianza, retrocedió un paso y manteniendo su sonrisa dijo:
—Estoy buscando a Kelly. Usted debe ser su abuela, ¿cierto?
—Ella no se encuentra en estos momentos. Le diré que vino a buscarla. Ahora, si me disculpa —respondió cerrando la puerta sin esperar respuesta alguna.
Asombrado por su actitud, se dio la vuelta y se alejó. La anciana se escondió detrás de la cortina y vio cómo subía a una camioneta donde le aguardaba otro hombre. No respiró tranquila hasta que se marcharon. Su intuición le advertía de que algo iba mal.
—Kelly no está —dijo Axel, desconcertado, al subir a la camioneta—. Esa mujer no es para nada amable. Me tiró la puerta en las narices.
—¡Mi pobre amigo! ¿Te fallaron tus encantos? —se burló Brynjar fingiendo tristeza.
—Déjate de bromas y arranca —le ordenó aún confuso por la actitud de la anciana.
—Está bien, está bien. Ya voy —respondió poniendo en marcha la camioneta.
En ese instante sonó el teléfono de Axel. Era Kelly. Su rostro se iluminó y contestó sonriendo.
—¡Hola! Pasé por tu casa a saludarte, pero no estabas.
—¡Ah, hola! Es que estoy en casa de Alondra. Tenemos que hacer unos deberes, pero ya nos aburrimos de estudiar tanto, así que ¿por qué no vienes?
Alondra observaba a Kelly, que caminaba nerviosa por la habitación mientras hablaba y sonreía como una tonta enamorada.
—Estoy con Brynjar. ¿Crees que a Alondra le moleste si llego con él?
—¿A Alondra, molestarle? Qué va —respondió mientras miraba a su amiga, que no dejaba de escribir en su cuaderno—. Estoy segura de que le encantará ver a Brynjar —al decir eso, sonrió con malicia al notar el nerviosismo de Alondra al oír que Brynjar también venía—. Sí, claro. Los esperamos.
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Almas Gemelas: El Despertar.
RomanceÉl es un inmortal, atrapado en un ciclo interminable de vida y pérdida. La maldición lo condena a vagar por los siglos, llevando consigo el dolor de haber perdido a su alma gemela. Pero él se niega a aceptar su destino. Emprende una búsqueda desespe...