♾️ Capítulo 6 ♾️

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Una vez que Alondra se marchara, Brynjar se quedó solo, sentado bajo el fresco cobijo de la sombrilla blanca junto a la piscina, mientras su amigo Axel y los demás jóvenes chapoteaban y reían en el agua cristalina, que reflejaba el sol y el cielo azul.

Trató de analizar sobre lo que acababa de suceder con Alondra. Por un momento, sintió que un hilo invisible los unía, que vibraba con cada latido de sus corazones, cuando se sostuvieron mutuamente la mirada. Había curiosidad en los ojos de ella, tal vez alguna reminiscencia del pasado. Pero... fue interrumpido por la voz de Lena, que irrumpió como un trueno entre ellos, y no llegó a descifrar qué era. Además, ¿por qué no había sentido la oleada de reconocimiento? Había estado tan cerca que casi podía tocarla. ¿Qué había cambiado?

Estaba tan absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando Lena salió de la piscina para ir a su encuentro. El agua resbalaba por su piel bronceada, haciendo brillar su bikini rojo. Su cabello rubio estaba recogido en una coleta, dejando al descubierto su cuello y sus hombros.

—¡Hola, de nuevo! —dijo ella muy cerca, lo que hizo que él tuviera que inclinarse hacia atrás para poder ver su rostro, ya que ella se había quedado de pie, mostrando su figura esbelta. Él la examinó de pies a cabeza, y complacida por su mirada, ella se sentó a su lado—. ¿No te gustan las piscinas? ¿Quieres que busque un short para ti?

—No es necesario, Lena —respondió Brynjar, mientras evaluaba la oportunidad que se le presentaba. Decidió arriesgarse y extendió el brazo para colocar su mano sobre la de ella, sintiendo su piel suave y cálida. Observó fijamente sus ojos durante unos segundos, buscando alguna señal, pero al no sentir ninguna, retiró la mano de inmediato, sintiéndose avergonzado—. Eres muy amable, pero prefiero quedarme aquí, gracias.

—Por cierto, Brynjar... —susurró su nombre con una voz sensual y seductora, acercándose más a él—. ¿Tienes esposa o novia esperando en algún lugar? ¿De dónde eres?

—Veo que eres curiosa, Lena. Para responder a tus preguntas, no tengo esposa ni novia. Vengo de Inglaterra. Me mudé aquí para continuar con mi investigación en historia antigua.

—¡Guau! Eso suena interesante —respondió ella con efusividad, veía una oportunidad con el profesor y no iba a desaprovecharla—. Acompáñame, vamos por unos bocadillos y así me cuentas más sobre tu investigación —dijo Lena mientras se levantaba y comenzaba a caminar, cogiéndolo de la mano y arrastrándolo con ella, sin darle a Brynjar la oportunidad de negarse. Al sentir que él no se movía, se giró y preguntó mirando por encima de su hombro, con una mirada traviesa—. ¿Vienes?

Sin poder negarse, Brynjar se levantó y caminó al lado de Lena. Al pasar junto a la piscina, observó cómo Luke no se despegaba de Alondra, que se reía de sus ocurrencias. Brynjar se dirigió a su amigo, que estaba sentado en la orilla, con una cerveza en la mano y unas gafas de sol.

—¿Disfrutas del sol, Axel? —comentó con ironía, mientras le lanzaba una mirada significativa en dirección a Alondra.

—Mucho, mi querido amigo —respondió Axel, asintiendo con la cabeza ante su petición, sin perder de vista a Alondra.

Brynjar y Lena continuaron su camino hacia la casa para buscar los bocadillos. El sol brillaba en el cielo azul, y una brisa suave les acariciaba el rostro, dejaron atrás el bullicio y la alegría de los demás, que seguían divirtiéndose en la piscina y en el tobogán inflable.

—Dime, Kelly, ¿hace mucho que vives aquí? —preguntó Axel con curiosidad, tratando de indagar un poco sobre la vida de la chica que le había llamado la atención desde que la vio.

—Sí, desde los cuatro años. Cuando mis padres fallecieron en un accidente, vine a vivir aquí con mi abuela —respondió Kelly con naturalidad, sin mostrar tristeza ni resentimiento.

Almas Gemelas: El Despertar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora