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Aveces le dan la oportunidad a quienes no la quieren o no la necesitan en ese momento. Keiji estaba más preocupado por saber si sus dudas eran ciertas y no se percató que su esposo llevaba rato llamándolo para que le prestar atención.

— AGASHIIIIII - gritó el bicolor mientras agarraba los hombros del mencionado para sacudirlo. — Me estás ignorando..- dijo con un tierno puchero en sus labios.

— Lo siento Kou..- posó su mano en la cabeza del más grande.— Solo estaba pensando..- dijo acariciando los cabellos del mayor. — No deberías ir a entrenar. — Preguntó levantándose lentamente de la cama.

— Si, pero como vi que no me prestabas atención estaba algo deprimido.- dijo sentándose en la esquina de la cama.

Keiji lo miro algo triste, Koutaro es un alfa dominante muy fuerte pero su mayor debilidad es la atención que keiji le da y la salud del mismo. — Ahora tienes toda mi atención.— dijo mientras se quitaba la pijama.— Que me decías?.- pegunto mientras agarraba la toalla de baño para entrar.

— Este..— tartamudeó mirando al cuerpo de su omega, lo conoce de arriba a abajo pero siempre se emociona.— Te- Te decía que hoy llegaré algo tarde..- se levanto de la cama y se acercó al omega.— Tenemos que entrenar porque se acercan las olimpiadas..- agarro la cintura del menor y lo acerco hacia el. — Entonces no llegaré a cenar pero prometo traerte muchos onigiris.- dijo para luego depositar un tierno beso.

Keiji no pudo evitar sonreír, pues koutaro sentía que si faltaba a cenar era el peor esposo de todos. — Está bien..- alzó sus brazos y los envolvió en el cuello del más alto.- te eh fui o que si faltas a cenar no eres un mal esposo.- dijo algo coqueto. - AHORA.- gritó asustando al más grande.— Siempre y cuando faltas por entrenar y no por OTRAS COSAS.- gritó lo último mientras entraba al baño dejando al alfa algo "Excitado". — ERES MALO AGASHIII.— hizo un puchero y el mencionado lo mando a desayunar para que no llegara tarde.

Luego de desayunar y despedir a su esposo keiji fue a su habitación para recoger sus cosas y salir a trabajar. Cuando iba a salir recibió un mensaje de kenma y le entró un pequeño escalofrío.

En el mensaje kenma le decía que quería hablar con él sobre lo ocurrido la noche anterior, se podría decir que él y Kenma tenían la misma duda, así que acordaron ir a un café para hablar de eso.

Keiji estaba sacando conclusiones en su cabeza "Bokuto no estará tranquilo si sabe esto" "no se si Bokuto querrá esto" "Si aborto no podré tener más hijos" "Debería comentárselo" "Y si eso complica su carrera deportiva". Keiji tenía muchas cosas en la cabeza y no se percató de que se estaba acercando al café que acordaron.

Cuando entro al café un mesero lo atendió y keiji le dijo que estaba esperando a alguien.

—Una mesa para dos por favor.- dijo mirando a su alrededor. El dueño de ese café es un buen amigo de keiji, se hicieron amigos ya que él omega iba todo los días a la misma hora, y cómo no es la hora en la que keiji acostumbra a venir tenía un presentimiento de que el dueño lo iba a ver. — Por aquí señorito.- dijo el camarero sacándolo de sus pensamientos.

El Café Daichi era un refugio acogedor en medio de la bulliciosa ciudad, nombrado en honor a su propietario, un hombre de fuertes principios y calidez inquebrantable, reflejando la esencia misma del lugar. Apenas cruzabas la puerta, una suave brisa de café recién molido y vainilla te envolvía, transportándote a un espacio donde el tiempo parecía detenerse. La decoración, una mezcla perfecta entre lo cálido y lo fresco, jugaba con distintos tonos de marrones, desde el chocolate oscuro hasta el beige más claro, creando un ambiente que invitaba a la relajación.Los muebles de madera clara, con suaves cojines de lino en tonos tierra, brindaban un contraste elegante con las paredes, decoradas con cuadros minimalistas de hojas y paisajes. Grandes ventanales permitían que la luz natural se filtrara, acariciando cada rincón del lugar y resaltando la suavidad de los tonos. Las plantas colgantes, con sus hojas verdes y brillantes, añadían un toque de frescura, equilibrando la calidez del espacio.Era un lugar donde el aroma del café se mezclaba con el susurro de las conversaciones y el suave murmullo de la música de fondo. Cada detalle, desde las tazas de cerámica artesanal hasta las mesitas redondas de madera pulida, estaba pensado para que los visitantes se sintieran como en casa, con la promesa de un momento de paz en medio de la agitación diaria.

•Vidas entretejidas• [Omegaverse] • [Haikyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora