Capítulo 30

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—¿Entonces no hay más nada que pueda hacer para ayudarte? —preguntó Twilight luego de que ambos se detuvieran en mitad de un pasillo, frente a dos grandes puertas que se hallaban una frente a otra

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—¿Entonces no hay más nada que pueda hacer para ayudarte? —preguntó Twilight luego de que ambos se detuvieran en mitad de un pasillo, frente a dos grandes puertas que se hallaban una frente a otra.

—Por ahora no, descuida, lo que hiciste fue suficiente —dijo Sombra con un último asentimiento antes de despedirla.

Aunque con ciertas reticencias, Twilight también asintió y murmuró otra despedida. Luego ambos continuaron con lo suyo y entraron a las dos habitaciones que tenían delante, cada uno tuvo la suya.

Después de haber completado la búsqueda ninguno de los dos tenía más nada que hacer en ese lugar. Sin embargo, tendrían una última noche de descanso antes de regresar nuevamente a su viaje la mañana siguiente.

Twilight aún tenía muy presente en su mente lo último que Sombra se había animado a confesar, algo que realmente no había esperado. Pero ahora que estaba sobre una cama, en un sitio tranquilo y cómodo, todo ese momento venía una y otra vez a su cabeza, como si esta misma estuviera recordándole el instante en el que había emitido un juicio sin valor y sin conocer lo que estaba detrás.

Sí, es verdad que antes no pudo tener ni la más remota idea de lo que realmente sucedía, pero ese hecho siempre estaría ahí como un recordatorio propio de que alguien no siempre era lo que se mostraba en un principio.

Sin embargo, ahora las cosas podían ser diferentes.

Twilight le dio un último vistazo a la habitación alrededor suyo antes de disponerse a descansar. Mientras tanto trató de hacer que su mente se despejara hasta dejarla en blanco, el modo ideal en el que podía conciliar el sueño.

Aunque le resultó difícil, al final pudo dormirse sin prestar mucha atención a sus demás preocupaciones.

Por otro lado, Sombra también se hallaba en un dilema propio cuando cerró la puerta de su habitación. Más que nada por el hecho de haber aceptado el consuelo de la princesa en un momento en el que se mostró más débil de lo que en realidad era.

A él no le gustaba eso, esa muestra de debilidad ante cualquier pony que no fuese él mismo. Mostrarse de ese modo era lo más patético que había hecho desde que era un potrillo, cuando siempre se aprovechaban de esa apariencia tímida e insegura. Por eso había aprendido a fortalecerse en cuanto tuvo la oportunidad de alejarse del imperio.

En cuanto tuvo la oportunidad de descubrir quién era en realidad.

Sin embargo, aunque su mente le dijera que mostrarse de esa forma con alguien más no era algo que debiera aceptar, por otro lado, una sensación extraña dentro de su pecho le hacía sentir que estaba bien haberlo hecho con ella. Como si de algún modo ella pudiera comprender ese sentimiento.

Pero si era sincero, la verdad es que tenía que admitir que ella lo había comprendido mejor de lo que lo imaginaba en un principio.

Una y otra vez, le había demostrado que podía confiar en ella.

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⏰ Última actualización: Sep 05 ⏰

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