Las luces de los espejos de los camerinos le cegaban, iba de un lado a otro, había recorrido el backstage por lo menos tres veces, no encontraba su camiseta nueva. Mark llevaba una hora preparándose para salir al escenario, el peinado, el maquillaje, el vestuario... y no encontraba su estúpida camiseta nueva. Youngjae le observaba con la mirada cansada desde su tocador como rebuscaba por todos lados.
—¿Y estás seguro de que te la has traído? —volvió a preguntar por enésima vez ya cansado.
—¡Pues claro! Es lo primero que he metido en mi bolsa... Joder... ¿Dónde estará? —decía Mark mientras se movía de un lado a otro estrujándose los sesos por recordar dónde la había dejado.
—Bueno, no importa... —dijo Youngjae levantándose de la silla y cogiendo la corbata de Mark. —Te ponemos esto así y... —le pasó la corbata roja y negra sobre la cabeza y la colocó rápidamente sobre el pecho desnudo de Mark. —¡Ya está! ¡Look rockero!
Youngjae lo miraba de forma convencida, Mark arqueó las cejas en un gesto de incredulidad.
—¡No! ¡Quiero la camiseta nueva! —exclamó quitándose la corbata del cuello.
—¡A mí me gustaba! ¿Qué tienes dos años? ¿O es que Wang te está pegando la tontería? —le espetó sin ya paciencia en el cuerpo.
Mark se disponía a contestar cuando fue interrumpido.
—Nada, no hay ni rastro. —dijo Bambam entrando en el camerino.
—¿Has preguntado a todos? —preguntó Mark sin fiarse mucho de la búsqueda de Bambam.
—A todos y cada uno. —contestó éste orgulloso, Mark bajó la mirada, puede que no se la hubiera traído después de todo. —Nadie ha visto tus pantalones.
Mark le fulminó con la mirada al instante.
—¿Qué pasa? —preguntó Bambam sin entender aquella mirada.
Youngjae suspiró fuertemente, no entendía de qué se sorprendía, con Bambam era imposible que encontraran la dichosa camiseta. La puerta volvió a abrirse, dejando paso a Byungchul que desde el concurso se había convertido en su manager.
—Chicos, Mingyu ya está aquí, en cuanto deje sus cosas y se prepare salen al escenario. —dijo rápidamente y tan pronto como entró se marchó.
—¡Por fin! ¿Dónde narices estaba ese tonto? —preguntó Youngjae angustiado.
—Cambiándose el pelo, seguro. —contestó Mark mientras se peinaba un poco por última vez antes de salir. —Pues nada, saldré únicamente con la estúpida corbata.
Mark tomó bruscamente la prenda y se la volvió a colocar alrededor del cuello.
—¿De qué color creen que llevará el pelo esta vez? ¿Apostamos? —preguntó Youngjae con una pícara sonrisa. Mark y Bambam le miraron divertidos.
—Apuesto veinte wones a que vuelve a estar rubio. —dijo Mark bastante animado y sacando el dinero de su bolsillo, aquello pareció que le quitó los recuerdos de su camiseta.
—Bien, yo digo que lo trae azul eléctrico. —Youngjae agarró los dólares de su amigo.
—Yo opino que... se ha rapado la cabeza. —Mark y Youngjae miraron incrédulos a su amigo.
—Bromeas ¿no? —preguntó Mark.
—A Mingyu le gusta innovar, y raparse es algo que nunca ha hecho. —argumentó Bambam muy seguro de su teoría.
—Ni se ha untado mierda en el pelo, pero eso no quiere decir que vaya a entrar con una puta alcantarilla en su cabeza. —le espetó Youngjae
—Déjale que haga lo que quiera... Hacer apuestas con Bambam es una manera fácil de conseguir dinero. —dijo Mark con una pícara sonrisa.
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Sólo dos cosas - 爱 // Markson
FanfictionSegundo libro de la trilogía. → Sólo dos cosas - 爱 Nadie podría imaginar que Mark y Jackson, antiguos rivales del instituto, ahora sean pareja, y mucho menos ellos mismos. Tras un verano perfecto, alejado de la presión del instituto, sus compañero...