Removía con una pajita su café. No quedaban cucharas limpias y no le apetecía limpiar ninguna, por lo que se echó directamente el café en la taza, sin azúcar ni leche, solo café recién hecho y una pajita. Había estado toda la noche con sus amigos. Eso le ayudaba a no pensar en otras cosas que no quería tener en su mente o acabaría loco.
Por lo que había dormido toda la mañana y algo de la tarde. No le preocupaba, ya que no tenía ningún plan hasta tarde. Con sus amigos siempre llevó una vida nocturna, dormía por la mañana y vivía por la noche. Su horario cambió un poco cuando se sumó Jackson a su vida.
Mark se maldijo de pronto por estar de nuevo pensando en él. No, no, se decía, deja torturarte.
Se bebió rápidamente el café, directamente, sin la pajita, y lo dejó en la pila. Su madre había salido, ya no sabía si por ocio o por trabajo, ya que llevaba tanto tiempo fuera de allí que se le habían olvidado sus hábitos.
Se metió en la ducha y salió en menos de cinco minutos, en la ducha uno siempre pensaba más en sus cosas, o al menos él, mucho más que con la almohada, que si la tocaba era para dormir en seguida, normalmente.
Mientras se vestía con la camiseta de Sum 41, vio la entrada en su mesilla. Aquello era una mezcla entre positividad, por ver a su grupo favorito, y negatividad, por ir acompañado de Allie. Estaba seguro que no dejaría de hablarle de Jackson para molestarlo. No lo soportaría. En realidad, no entendía por qué debía ir con ella. Podría simplemente entrar por su cuenta, ella ya era mayorcita para ir sola.
Tomó el autobús para ir al centro, se sentó al fondo y posó sus zapatillas en el asiento de adelante. Sacó la entrada de su bolsillo para meterla en la cartera. Iba a guardarla en uno de los compartimentos, pero estaba demasiado lleno. Mark sacó lo que había en su interior. Fotos. No necesitaba ojearlas, ya sabía cuáles eran.
Suspiró.
Debería deshacerse de ellas, pero le costaba tanto, como si se tratara de cerrar la puerta para no volverla a abrir, aunque ya sabía que estaba más que cerrada con llave por el otro lado. Aun así se volvió a guardar las fotos, pero no se permitió mirarlas. Ya las sacaría, pero ahora no, no cuando aún estaban las heridas abiertas. Cuando se sintiera preparado lo haría.
Casi se pasa su parada, se levantó rápidamente de su asiento y bajó del autobús. Ya podía ver la cola desde allí, era inmensa, pero parecía que ya estaba en movimiento. Era gracioso que cientos de personas estuvieran allí desde hacía varias horas y él acabara de llegar, unos momentos después de abrir las puertas.
Mark distinguía dos clases de fans, los que amaban a un ídolo, escuchaban sus canciones, se sabían cada pedazo de su vida y aguantaban lluvia, viento y nieve por verlos aunque fuera un segundo cerca. Mark no era de esos, se consideraba del segundo grupo. Los que amaban la música, iban a los conciertos para escuchar cómo la magia de la música hacía efecto, daba igual si estuviera cerca o lejos del escenario, mientras estuviera allí viviendo el momento.
Llegó a la puerta, miró a su alrededor, pero Allie no estaba. Encima no era puntual, se quejó Mark para sí. Esperaría cinco minutos, y si no llegaba, entonces se marcharía. Miró su muñeca, pero se dio cuenta de que no llevaba reloj, solo tenía un montón de pulseras por encima de sus tatuajes.
Se metió la mano en los bolsillos a esperar, mientras daba vueltas a su piercing de la lengua. Para él habían pasado ya como siete minutos, estaba harto, no pensaba esperarla por más tiempo.
Se giró para dirigirse a la puerta, cuando vio delante de él una figura demasiado familiar. Se quedó sin habla, no podía ser que estuviera allí delante de él.
Jackson no pareció sorprendido de verlo a él, es más parecía que lo esperaba.
—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Mark.
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Sólo dos cosas - 爱 // Markson
FanfictionSegundo libro de la trilogía. → Sólo dos cosas - 爱 Nadie podría imaginar que Mark y Jackson, antiguos rivales del instituto, ahora sean pareja, y mucho menos ellos mismos. Tras un verano perfecto, alejado de la presión del instituto, sus compañero...