Sólo dos cosas - 爱 // Markson

Capítulo 7

Una melodía sonaba a lo lejos, frunció el ceño al oírla, era molesta y quería seguir durmiendo. Volvió a hacerse el silencio y su rostro se relajó inmediatamente. La melodía tronó de nuevo, esta vez le hizo removerse en la cama. Pero no fue hasta el cuarto timbrazo cuando Jackson decidió levantarse al fin. Apagó la alarma y se quedó sentado en la cama con los ojos medio cerrados aún.

Se desperezó y abrió lentamente los ojos. La cama que tenía enfrente estaba vacía. Eso le hizo ponerse alerta, pero entonces recordó la noche pasada, B.J no había vuelto desde entonces. Miró el reloj, en una hora tenía la presentación de los alumnos de primer año. Había dormido toda la tarde, ni siquiera había comido.

Agarró su toalla, su neceser y se dirigió al baño. Salió al pasillo, donde siempre había gente. Las chicas miraban como tontas su torso desnudo, aún despeinado y recién levantado era increíblemente atractivo. Fue directo hacia el fondo del pasillo y entró en los baños. Junto a los espejos, tanto chicos como chicas, únicamente con sus toallas y albornoces, se aseaban y acicalaban.

Se secaban el pelo, se peinaban, se lavaban los dientes... Aquello era incómodo, no estaba acostumbrado a tener que compartir el baño, al menos no con gente desconocida. Miró con mala cara a todos ellos y se dirigió a las duchas. Eran unos cubículos sencillos, seguidos unos de otros y únicamente tenían como cierre y herramienta de intimidad una cortinilla.

Se metió en una vacía. Se deslizó la toalla y la colgó. Abrió el agua, cálida y relajante. Se tomó su tiempo, a pesar de que solo le quedaba una hora. Volvió a tomar la toalla y se la enrolló alrededor de la cintura. Salió de la ducha casi empapado, se acercó a los lavabos. Se miró al espejo y vio que tras él le observaban tanto una chica como un chico, pero el último con recelo al ver cómo le miraba su compañera. Les dirigió una fina sonrisa malévola que hizo que apartaran la mirada avergonzados.

No había perdido facultades, pensó Jackson. Se agitó el pelo para quitar el exceso de humedad.

—Si quieres te presto mi secador. —le dijo una morena que estaba en el lavabo contiguo al suyo.

Al igual que él, llevaba solo una toalla. Jackson no pudo evitar fijarse que tenía un gran busto, y un lunar sobre el labio que cualquier hombre vería muy sensual. Jackson agarró el secador.

—Muchas gracias. —dijo con su mejor sonrisa.

La chica agarró su pelo y se lo colocó sobre un único hombro, de forma muy coqueta.

—Nunca te había visto por aquí... ¿Es tu primer año? —preguntó haciendo girar su pelo en uno de sus dedos.

—Se podría decir que sí. —se limitó a sonreír y apartó la vista de ella.

—No pareces un novato. —dijo con una sonrisa pícara.

—Bueno, no soy un novato en todo. —dijo con la misma sonrisa.

A ella se le aceleró el corazón, solo estaba a unos pocos centímetros de aquel chico y en toalla. Notaba como la sangre se le subía a la cabeza y todo su cuerpo se envolvía en un escalofrío. Él volvió a reír, se giró hacia el espejo y encendió el secador. Cuando acabó de acicalarse fue de inmediato a su habitación. Sobre la cama contigua a la suya, se encontraba B.J, tirado con las piernas y los brazos espatarrados.

—¿Dónde demonios te metiste anoche? —gruñó Jackson, mientras cogía la ropa de su cajón.

B.J se dio la vuelta lentamente, sonreía como un niño pequeño.

—Teniendo la mejor noche de mi vida. —suspiró como en las nubes.

Jackson enarcó una ceja.

—No me digas...