Aquel sería un fin de semana muy aburrido, no se hablaba con Mark, así que no tenía ningún plan interesante para esos dos días. Se iría a casa, así podría llevar la ropa y lavarla, ya que aún no se apañaba con la lavandería.
Él nunca había sido un chico hacendoso, por lo que lo de vivir solo estaba siendo todo un reto para él. Hasta Mark sabía cocinar y limpiar mejor.
Recogió lo que se llevaría y lo metió todo en su bolsa de deportes. B.J estaba sentado en su escritorio sin decir nada, no había hablado desde la pasada noche de la fiesta. Jackson solía prestarle poca atención, pero aun así se dio cuenta de que algo le pasaba.
—Bueno, me marcho. No toques mis cosas en mi ausencia, ¿De acuerdo? —dijo de malos modos.
Aunque no era su intención sermonearlo, solo quería saber si estaba todo bien.
—Muy bien. —contestó B.J en tono seco.
La curiosidad de Jackson pudo con él.
—Oye, ¿se puede saber qué te pasa?
Su compañero no respondió. A Jackson B.J le parecía un chico demasiado extraño, un día estaba radiante de felicidad y al otro tan decaído que hasta a Jackson podía llegar a darle lástima. Entonces recordó la causa de su felicidad, a lo mejor si le recordaba aquello conseguiría animarlo.
—No me contaste que tal con tu chica... ¿Salió bien la cosa? —preguntó sin creerse lo amable que estaba siendo, entonces pudo ver que B.J se estremecía.
—Ni me hables de chicas... —su voz sonó un tanto siniestra.
No había sido una buena idea.
—Como quieras... Pásatelo bien, señor tristeza. —dijo, al menos lo había intentado.
Jackson cerró la puerta tras él. Al pasar por el cuarto de Mark se detuvo. Quizá éste querría que le llevase a su casa, sería una buena excusa para hablar con él. Jackson compuso su mejor cara de orgullo y llamó a la puerta.
—Pasa. —escuchó decir a Chris.
Jackson entró, viendo que allí solo estaba su compañero de equipo.
—¿Dónde está Mark? —preguntó con interés.
Chris levantó la vista del libro que estaba leyendo.
—Se fue temprano. Creo que dijo que iría a su casa, o a ver a su grupo... —Chris se quedó pensativo. —No sé, algo de eso.
—¿Y cómo se fue? Si no tiene coche. —quiso saber Jackson.
Al oír esto Chris le sonrió.
—A Mark no creo que le cueste mucho que alguien le lleve. Pone esa tonta sonrisa y todo el mundo hace lo que él quiere. Supongo que tú también te habrás dado cuenta de eso, ¿no? —preguntó con una mirada pícara.
—Gracias por la información, Chris. —contestó Jackson ignorando su pregunta y salió de la habitación.
Mark había vuelto a casa y ni siquiera se había molestado en contárselo. Se subió a su coche y al cerrar pegó un portazo. Metió la llave en el contacto y al arrancar chocó con algo. Alertado salió corriendo del coche para ver si había sufrido algún daño, no podía permitirse otra bromita con lo del coche, su padre le mataría. Se dirigió a la parte de atrás. No le había pasado nada, solo un ligero golpe.
—Uy, perdón Wang. No había visto que tu coche estaba tan cerca.
Jackson alzó la vista, viendo que el coche de Harden, un BMW deportivo, acababa de aparcar tras él, dejando imposible que el suyo saliera. Jackson lo miró despectivamente, tenía escrito en la matrícula su apellido. No había nada más hortera que eso.
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Sólo dos cosas - 爱 // Markson
FanficSegundo libro de la trilogía. → Sólo dos cosas - 爱 Nadie podría imaginar que Mark y Jackson, antiguos rivales del instituto, ahora sean pareja, y mucho menos ellos mismos. Tras un verano perfecto, alejado de la presión del instituto, sus compañero...