Capítulo 13 | "Marcas"
Malcom Williams
Me despierto intentando incorporarme de la cama que no reconozco como mía, aunque el cabello rojo me hace darme una idea de a quién pertenece. Riley se encuentra acostada sobre mi torso, respirando tranquilamente, aún trae puesta mi camiseta.
Me incorporo lentamente, con cuidado de no despertarla, por suerte ella rueda sobre la cama, haciéndome espacio, completamente dormida. Me coloco los zapatos, revisando rápidamente mis redes sociales, ante cualquier noticia sobre mi cita con Riley de anoche, aunque no hay ninguna publicación al respecto, al parecer, fuimos sigilosos.
Luego busco entre las prendas del closet de Riley con sumo cuidado, intentando encontrar algo de ropa que pueda quedarme, tal vez con suerte tenga algo de ropa de Lucas, pero no es el caso, fracaso enormemente.
Bajar sin camiseta al estacionamiento no es una opción, despertar a Riley tampoco, puesto que yace completamente dormida y agotada sobre su cama, luego de que, tras nuestra charla de anoche, decidimos alargar un poco más de nuestra noche, si saben a lo que me refiero.
Lo último que necesito es una noticia sobre mí, sin camiseta, en el edificio de mi agente de relaciones internacionales.
El entrenador me mataría, y apenas viene iniciando la semana, no es momento de morir.
Decido probar suerte en otra habitación, aunque apenas salgo de la habitación de Riley encuentro al tipo sentando de brazos cruzados en el sofá, mirándome fijamente, con una absoluta mirada de desaprobación grabada en las facciones.
El guardaespaldas de Riley.
Observo el salón detenidamente, notando como los zapatos de Riley, al igual que su vestido, se encuentras desperdigados por el lugar. Denotando claramente lo que pasó entre nosotros anoche.
Ups.
— Buenos días — saludo, sonriendo.
No me devuelve el saludo, continúa evaluándome en silencio. Me dedico a recoger la ropa de Riley, bajo su atenta mirada, hasta dejarla sobre una esquina de uno de los sofás, tecleando en mi teléfono un pedido de comida, intentando ignorar al guardaespaldas que no deja de mirarme fijamente en lo que espero, aun cuando intento ignorarlo mientras observo videos graciosos en mi Instagram.
Cuando llaman a la puerta, pasada la media hora, recojo el pedido, bajo la atenta mirada de la mole de músculos.
Que tipo tan raro.
Tomo la bolsa de mi desayuno, apartándola del resto de comida para llevármela luego. Camino hacia la cocina, buscando entre los gabinetes hasta encontrar lo que necesito. Una bandeja y un par de tazones donde colocar la comida, donde sirvo el desayuno que ordené para la bonita pelirroja, caminando hasta su habitación donde dejo el desayuno en su mesa de noche.
También escribo una pequeña nota, disculpándome por tener que irme tan deprisa, pero debo ir a entrenar, ella conoce mis horarios de todos modos, sabe que no estoy mintiendo. No olvido mencionarle que la pasé increíble con ella, que espero con ansias una tercera cita, y que la llevaré a almorzar más tarde cuando nos encontremos en el estadio.
Deposito un ligero beso en su frente que la hace arrugar la nariz en un gesto que me parece demasiado tierno, aunque sigue sin despertar, y finalmente vuelvo al salón.
La mole de músculos está esperándome, con una camiseta blanca sencilla en sus manos, lo que me hace sonreír.
— Gracias.
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Home Run
RomanceRiley está en graves problemas, lo sabe desde el momento en que su madre entra a su habitación y la obliga a empacar sus maletas, puesto que se irá a vivir a Los Ángeles con su hermano mayor una temporada. La idea no le emociona en lo absoluto, su h...