Capítulo 14

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Capítulo 14 | "Collar"

Riley Duncan

Camino por los pasillos del estadio hasta llegar al estacionamiento privado para empleados y jugadores, con los rayos de sol del atardecer pintando los cielos de un bonito naranja, lo que hace que mi cabello rojo brille con aún más intensidad.

Mi auto está custodiado por Darío, esperándome, hace unos minutos le dije que me esperara en el auto. Sin embargo, el grito proveniente de una voz gruesa, que pronuncia mi nombre, me hace detenerme. Giro levemente mi rostro, encontrándome con una mirada verde furiosa.

— ¡Riley!

Me sobresalto levemente, apresurando mis pasos para llegar a mi auto. No sé por qué huyo de mi hermano, lo que sí sé es que se ve realmente furioso, y no tengo ánimos de lidiar con su enojo en este momento.

Ni siquiera sé por qué está molesto, en primer lugar.

Está claro que fallo en mi patética huida. Es un atleta profesional, ¿en qué estaba pensando?

Su mano se envuelve en mi antebrazo, tirando con fuerza de mi cuerpo, de una manera no tan amigable.

— ¿Qué te pasa? — me quejo, haciendo una mueca cuando su agarre es demasiado fuerte en mí — Lucas, me estás...

— ¿Qué mierda pasa contigo? — se queja, soltándome de golpe, haciendo que trastabille un par de pasos — Necesito que me expliques qué es lo que ocurre, ya estoy harto de esto.

— ¿De qué estás hablando?

— Darlan fue a buscarte a mi apartamento.

Me petrifico ante sus palabras, pero él continúa.

— Mira, Riley, primeramente, no entiendo por qué huiste del apartamento, sin decirme nada, ni siquiera un aviso de que te irías, desapareciste — se queja — Tampoco entiendo por qué papá parece apoyarte en todas tus locuras.

No respondo, y él se frota la cara, frustrado.

— He hablado con Darlan — continúa — Me explicó que tienes algo que le pertenece — se rasca la nuca, estresado — Creí haberte dicho que, si necesitabas dinero, podrías pedírmelo.

— ¿Qué te dijo Darlan exactamente? — cuestiono.

— Que tienes algo suyo, y que vale muchísimo dinero — explica — Él solo quiere recuperarlo.

— Ya, claro — ironizo, volteando los ojos — Y le creíste a Darlan, obviamente.

Su rostro se transforma en una mueca indignada.

— Darlan al menos me dice lo que está pasando — se defiende — Parece que tu sólo te escondes de los problemas. ¡Por eso te fuiste de mi departamento!

— No me escondo de mis problemas, Lucas — refuto, molesta — Que no quiera compartirlos contigo, es completamente diferente.

— Soy tu hermano, maldita sea — expresa, dolido.

— Ya, claro — volteo los ojos, sardónica — Hace unos años, ni siquiera lo recordabas.

Douglas, el mejor amigo de mi hermano, intenta acercarse en nuestra dirección, aunque es Darío quien le impide continuar su camino. Claro, no puede permitir que el rubio se acerque a interrumpirnos, pero claro que deja que Lucas pueda abordarme de esta forma.

Después de todo, Lucas es el hijo de su jefe.

Algunos de los chicos del equipo parecen interesados en el alboroto, por lo que detecto miradas curiosas clavadas en nosotros.

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