Episodio 33

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OJO: NO REPRODUCIR LA CANCIÓN HASTA QUE SE INDIQUE

Maratón 4/4

La boda
parte 2/2

Aidan Gallagher

No sabía cómo es que podía estar ahí, delante mío, tomando sus manos y no poder besarla, verse tan perfecta, tan radiante.

—estamos aquí reunidos para la unión de estas dos personas que se aman y aprecian profundamente— comenzaba a hablar el juez.

—te ves... perfecta— susurre cerca de ella.

—gracias— vi un sonrojo, era muy marcado, tal vez porque el vestido era blanco o porque se había sonrojado demasiado. Pero se veía reluciente.

—dicen que el amor solo se encuentra en cualquier momento, el amor es tan hermoso y raro a la vez, pueden pasar muchas cosas y a la vez nada, pero cuando hay amor, se ve y se siente en el ambiente— nos miraba a los dos el juez— y aquí no solo se siente el amor si no que se puede ver— tomó nuestras manos e hizo el agarre aún más fuerte —las palabras son simplemente eso, palabras, lo verdaderamente importante es lo que se hace y lo que se demuestra, el acto de matrimonio es un gran acto que merece ser expresado mediante sus votos—.

Me cedió la palabra— Madeleine... yo...— sentía un fuerte nudo en la garganta.

Sin darme cuenta, habían pasado unos cuantos minutos —¿señor Aidan Gallagher, está bien?— cuestionó el juez y lo voltee a ver y voltee a ver a Madeleine quien me miraba con preocupación.

—yo...— solté sus manos— necesito un momento— mire al juez y luego a Madeleine para salir de prisa de ahí y entrar a la cabaña.

Al entrar, me fui al patio trasero donde me quite la corbata, me estaba sofocando demasiado.

Madeleine Davis

No sabía que había pasado, observé al público quien comenzaba a murmurar, vi a mi mamá quien estaba con cara de preocupación.

Sin pensarlo más, salí detrás de Aidan pero su tío Manuel iba detrás de él también.

Camine lento al llegar a la puerta comenzando a buscarlo con la mirada.

—¿Aidan que ocurre?— escuchaba una voz lejana y comencé a seguir la voz.

—no puedo hacerle esto— parecía agitado.

—¿de que hablas?— me acerque aún más al patio pero sin salir y de manera que no me vieran.

—¿no lo ves? Ella ya no me ama— decía entrecortado.

—claro que si, Aidan... la veo y veo la manera en que se miran esta...—

—no está enamorada de mi— lo interrumpió— Taylor llegó hace unos días a mi oficina y se desnudó frente a mi queriendo dar mi despedida de soltero y llegó Madeleine y lo malinterpretó mal— comenzaba a entrecortarse aún más su voz.

—explícaselo— decía tranquilo.

—trate de hacerlo pero no confía en mi... no quiero que esté conmigo solo por un estupido contrato de 5 años— alzaba la voz pero no se escuchaba hasta la recepción.

—hey escúchame— escuché como Aidan sorbía su nariz— se que ustedes dos se aman, ¿qué más da Taylor? Tú sabes que no hiciste nada malo, ella se te insinuaba, tampoco es culpa de Madeleine— alzaba su voz— Madeleine te ama, no sé porqué o la razón pero si algo estoy seguro es que esa bella chica que está en el altar, te ama—.

Matrimonio por convenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora