Matrimonio por conveniencia

Episodio 2

Desperté temprano para la visita a mamá al hospital.

No sabía que decir, qué explicación darle de la 'oportunidad' que me dio Aidan.

Eran las 11:30 de la mañana y tenía que tomar metro para ir al hospital.

Después de viajar media hora en metro, llegue al hospital. Las enfermeras me saludaron ya que todos los días estaba aquí.

Entre a la habitación y mamá estaba dormida. Tome su mano y vi que se despertó.

—Madd— sonrió al verme— me alegro que estés aquí—.

—claro que iba a estar aquí, siempre estaré aquí— la abrace.

—¿qué tal el trabajo?— tome asiento en una silla cerca de su cama.

—tranquilo— asintió con una sonrisa— de echo conseguí un trabajo—.

—Madd no quiero que tengas que tener dos trabajos— tome su mano.

—solo será uno— aclare y me preparaba mentalmente para decirle lo siguiente— es... uno de asistente en una empresa importante— sonreí— dan seguro y no puse mi nombre, puse el tuyo— dije aún más alegre— te transferirán a un hospital mucho mejor con todo el tratamiento pagado—.

—es una buena noticia Madeleine— mencionaba con tanta felicidad.

—solo qué tal vez no venga tan seguido, es un trabajo algo pesado pero todo vale la pena por tu recuperación— le di una sonrisa para que no se preocupara.

(...)

Ya eran las 2 de la tarde y justamente llegó el chofer de Aidan.

Ya tenía lista 2 maletas con mi ropa, así que salí de casa y el chofer tomó mis maletas poniéndolas en la cajuela del auto.

—mi nombre es Aarón, seré su chofer— se presentó.

—¿también el de Aidan?— asintió con una sonrisa.

Abrió la puerta de atrás y subí. Estaba nerviosa y totalmente ansiosa por esto.

No sabía cómo actúa una esposa, que tenía que hacer una esposa. No sabía cuándo nos casaríamos ni qué pasaría en la luna de miel.

Pensaba tantas cosas, el día que conocería a su madre, a su familia y el abogado para creer que estamos enamorados y casados.

—señorita Madeleine— alzó algo la voz sacándome de mis pensamientos— llegamos— apunto hacia afuera.

Abrió nuevamente la puerta y pude ver que no era una casa, era un departamento, el penthouse del edificio.

—maravilloso— susurre asombrada.

El chofer, Aarón, me guió hasta la puerta del penthouse, así que toque el timbre.

—solo puede entrar, señorita— mencionó el chofer pero yo no quería ser descortés.

—Madeleine— abrió la puerta Aidan— pasa, te estaba esperando—.

Entre a su departamento y lucia mucho mejor de lo que esperaba. Quede anonadada con todo.

Seguí caminando hasta el living donde había sofás cómodos y una televisión enorme con una mesa de cristal y revistas, al lado de la televisión había una estantería con muchos libros.

—vamos al despacho— estiró su mano y la tome.

Al llegar, hizo que me sentara en una silla frente a su escritorio y me tendió unos papeles.