Episodio 9

209 17 1
                                    

Madeleine Davis

Las chicas me ofrecían tragos y shots pero realmente no quería embriagarme otra vez.

—Madeleine— me tomaron de la mano y era Aidan

—oh hola Aidan— le di un beso en su mejilla.

—ya es hora de irnos— parecía algo molesto así que no dije nada, solo asentí y nos fuimos.

—¿pasó algo?— fruncí mi ceño.

—solo ya no quería estar ahí— mencionaba sin verme, estaba mirando la ventana.

No quise indagar más, fuimos directo a casa y bajamos del auto.

Gladis ya estaba dormida así que solo estábamos despiertos nosotros. Seguía totalmente serio y en silencio. No entendía porqué.

—¿quieres un trago?— me ofreció uno y asentí.

Me lo dio y se sentó a mi lado en el sofá— estás molesto— susurre.

—¿por qué lo estaría?— se tomaba todo el whisky de un solo trago.

—no lo sé, estás callado y serio— me tomaba esto despacio.

—Mavis— tensó su mandíbula— solo me pone de mal humor— se sirvió otro.

—¿por qué no la despides si te pone de mal humor?— me lo bebí todo.

—sería difícil encontrar a otra eficiente como ella— se lo volvió a tomar todo.

No dije más y me quitaba las zapatillas, estaba algo cansada.

—¿por qué no ponemos música? Así te relajas y platicamos mejor— ofrecí con una sonrisa.

—me gustaba como estabas bailando— reía y se servía otro al igual que a mi.

—no soy la mejor bailando— reí poniendo algo suave.

—no creo que ese tipo de música sea tu estilo— me quitó la tableta donde se ponía música y ponía algo más tranquilo— ven— tendió su mano y la tome.

—¿bailaremos?— fruncí mucho ceño.

—claro, tal vez este sea tu estilo— se tomó todo el whisky de su vaso.

—bebes mucho— sonreí de lado.

—y tú el vino y eso no te detuvo embriagarte— reímos mientras bailábamos pegados.

—¿o sea que estás ebrio?— fruncí mi ceño entrecerrando mis ojos.

—puede que si— comenzó a reír más.

—entonces— me tome todo el whisky de mi vaso— seremos dos—.

Me dio una vuelta y reíamos. Era cálido estar así con él, era un buen y lindo momento.

Terminó la canción y nos sentamos en el sofá bebiendo más y platicando más de nosotros.

(...)

—mi mamá me castigó por eso— reí fuerte.

—yo también te castigaría si rompieras el teléfono y la licuadora al mismo tiempo— reímos más fuerte.

Estábamos bastante ebrios que arrastrábamos las palabras.

—hace mucho no bebía así con alguien— dijo Aidan riendo levemente bebiendo más. Ahora pasábamos al ron ya que nos habíamos acabado el whisky.

—yo no me la había pasado tan bien con alguien— me sirvió otro trago y brindamos.

Matrimonio por convenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora