Aidan Gallagher
—los números nunca habían estado tan elevados desde que Elouise propuso la idea de marketing, muy bien Elouise— se llenó de aplausos la sala.
—necesitamos ideas así para la siguiente campaña, señor Gallagher— dijo uno de los socios.
—ya lo creo, lo dejare en mano de mi equipo de marketing, ¿les parece 2 semanas para el proyecto? Haremos una junta para que lo presenten— propuse.
—¿dos semanas?— dijo Elouise a lo que asentí— está bien, en dos semanas verán el nuevo proyecto de marketing para la empresa— asentimos todos y la junta había acabado.
Me fui a mi oficina, estaba cansado, he estado de arriba abajo con esto de la boda y la empresa. Pero todo valdría la pena cuando sea dueño completo de la empresa de mi padre.
Tocaron la puerta— adelante— me aflojaba la corbata.
—Aidan— era Mavis— está es la lista de los invitados para la supuesta... boda— sonrió falsa.
—gracias— dije cortante tomando el libro y hojeándolo.
—aún no puedo creer que te casaras sin sentir algo— se sentó enfrente del escritorio.
—bueno, lo que haga o deje de hacer, no te importa— la mire y le sonreí falso.
—lo se, se que lo nuestro fue hace meses, unos días después de que tu padre muriera, aunque nunca entendí porque no aceptaba lo nuestro— seguía parloteando.
—tendría sus razones, trabajó mucho tiempo contigo y debió conocerte mucho mejor que yo— me encogí de hombros leyendo la lista de invitados.
—¿qué quieres decir con eso?— la observé y parecía haberse ofendido.
—Mavis, no eres una santa, te conozco lo suficiente para saber que mientras salíamos te acostaste con muchos chicos— volví mi vista a la lista.
—si pero porque no sabía si tú y yo tendríamos futuro, después de que comenzamos a ser novios, no salí con nadie más— se levantó y se acercó a mi.
—y ahora no quiero ni pensar que te acuestas con muchos— le seguía restando importancia.
—¿me dirás que ya no te provoco?— giró mi silla frente a ella y acariciaba mi pecho muy seductoramente, yo solo la alejaba.
—ten respeto por ti y mi compromiso— me levante de mi lugar.
—compromiso que es falso— reía con ironía.
—y que más si es falso, respeto a Madeleine como ella me respeta a mi y puede que no sienta nada por ella pero si un gran cariño— dije firme.
—no sabía que ahora se casaban por cariño y no por amor— rió, la fulminé con la mirada— ya me voy, tengo trabajo que hacer— salió de mi oficina sin decir nada más.
Me volví a sentar en mi asiento recargándome en este y rodando los ojos ante la actitud de Mavis.
Me percaté que solo eran conocidos míos los que iban a asistir a la boda, y Madeleine no conocía a nadie de ellos.
Tome el libro de los invitados, unos papeles y salí de la oficina para ir a casa.
Al llegar a casa, me senté en el sofá del living y al poco tiempo llegó Madeleine.
—creí que estabas en casa— se acercó a mi y se sentó a mi lado.
—fui a ver lo del bufete para la boda— se quitaba las zapatillas.
—¿qué tal te fue?— cuestione viendo cómo se quitaba las zapatillas.
—de maravilla— se reía y se terminó recostando en el sofá.
—me dieron la lista de invitados— mencioné dándosela— y no hay ningún conocido tuyo—.
—realmente no quería invitar a alguien que conociera— hizo una mueca— pero se vería más creíble que también fuera alguien que conozca—.
—di nombres y direcciones— tome mi teléfono para comenzar a escribirle a Mavis para que los pusiera en el libro de invitados.
—creo que debemos iniciar con mi madre, llevamos ya un tiempo y aún no le he dicho de todo esto— frunció levemente sus labios.
—tienes razón, ¿te parece mañana?— le sonríe tiernamente devolviéndome la sonrisa.
(...)
Llegamos al hospital al día siguiente, había comprado un ramo de rosas para 'mamá suegra'.
—bien, déjame hablar a mi sobre nuestro compromiso, no sé cómo se lo vaya a tomar— tome su mano y la apreté.
—saldrá bien, tu mamá aceptará que te cases— le sonreí con sinceridad.
—aunque sea falso— frunció sus labios y entramos al cuarto de hospital.
—¡Maddy!— dijo alegre su madre.
—hola mamá— se acercó y vi como le daba un beso en la mejilla.
—hace mucho no vienes a verme, te extrañe mucho— mencionaba algo melancólica pero sonriente.
—estuve ocupada... ya sabes— se encogió de hombros y volteó a verme a lo que le di una sonrisa— mamá él es Aidan Gallagher—.
—tu novio— vi como Madeleine abría sus ojos de manera exhorbitante.
—¿como sabías?— comenzó a cuestionar.
—Maddy si veo las noticias y cuando vi a mi hija en la televisión agarrada de la mano de este joven apuesto— sonreí por eso— solo me pregunté desde cuando son novios—.
—lo siento mamá, si no te lo dije, estaba más preocupada por tu salud que mi situación sentimental— sonrió de lado.
—es un gusto conocerla al fin— me acerque y estrechamos nuestras manos— estas flores son para usted—.
—además de guapo, atento— reímos su madre y yo.
—t-también veníamos a... a comentarte algo importante— comenzó a ponerse nerviosa.
—¿a si? ¿Qué cosa?— sonreía amplio esperando la noticia.
—oh pues... es que... ya sabes... no es nada malo... es que... Aidan y yo— apretaba mi mano.
—¡nos vamos a casar!— mencione por ella. Si no lo hacía yo, no lo iba a decir.
—¡¿qué?!— decía sorprendida pero emocionada— ¡mi hija se casará!— nos acercamos a ella para abrazarla.
—hablamos con los médicos e informaron que puede asistir ese día a la boda pero con algunas restricciones en la comida— mencione sonriendo.
—es maravilloso, estoy muy feliz por ustedes— Madeleine sonreía amplio sin decir alguna palabra.
—bueno yo debo irme a la oficina, mi amor— le di un beso en su frente.
—¿ya debes irte? Yo quería escuchar como se conocieron— mencionaba mamá suegra.
—me encantaría pero me gusta más que Madeleine cuente nuestra historia de amor— le robe un beso en sus labios a lo que se sorprendió pero no dijo nada— nos vemos más noche— le dije en su oído y salí del hospital para irme a la oficina.
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Matrimonio por conveniencia
RomansaUna chica se gana la vida en trabajos para la enfermedad de su madre. Un chico tiene la vida resuelta. O más o menos ya que debe casarse para recibir su herencia tras la muerte de su padre. Diferentes necesidades, mismo destino. -𝓐𝓵𝓭𝓲𝓷𝓮✨