Episodio 14

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Madeleine Davis

Eran las 9 de la noche y ya estaba casi lista para la fiesta, iría con Ana, ella también deseaba ir.

Ya estaba lista con un vestido blanco pegado al cuerpo de tirantes y sandalias color verde—vuelvo en un par de horas— mencione aplicándome perfume.

—está bi— no terminó de decir Aidan así que lo voltee a ver para percatarme que solo se me quedaba viendo de pies a cabeza.

—¿qué? ¿Me veo mal?— fruncí mi ceño.

—al contrario— sonrió de oreja a oreja y sentí mis mejillas enrojecerse así que decidí restarle importancia.

—que alivio— reí y me fui.

Quería eliminar este sentimiento que estaba creciendo dentro de mi por Aidan. Estaba sintiendo algo por él y no tenía porqué.

Cuando pasen los 5 años yo me iré con mamá a Chicago a vivir una vida mejor y claramente Aidan no estaba en esos planes.

—nos vemos— sonreí y salí de la habitación para encontrarme con Ana. 

—te ves espectacular— aduló Ana.

—tú te ves increíble— también adule. Tenía puesto un vestido rojo y zapatillas con plataforma negras.

Nos dirigimos a la fiesta donde ya había mucha gente bailando y bebiendo, me abstendré de beber.

(...)

Aidan Gallagher

Estaba en la habitación terminando unos pendientes en mi laptop del trabajo, revisé la hora y eran las 12 de la noche, Madeleine aún no había vuelto de la fiesta.

Trate de no tomarle importancia, solo pensé "no tarda en llegar".

Me quedé despierto hasta que llegara, vería alguna película o leería un libro.

Opté por la película pero siendo sincero no la estaba viendo y solo veía la hora. Como ya casi era la 1 de la mañana y se había ido a las 9.

Me levanté de la cama y comencé a dar vueltas en esta misma. ¿Y si algo le pasó?

Decidí salir de la habitación para ir a la playa, me comenzaba a preocupar que aún no llegara, claramente le dije que llegara temprano ya que mañana es nuestro vuelo.

No estaba molesto, estaba preocupado.

Salí de la casa con dirección a donde era la fiesta. Hacia mucho calor para ser de noche.

Cada vez se iba escuchando más música y a lo lejos se veía a las personas bailar. Al llegar pasaba entre la gente buscando a Madeleine.

Había luces de color que se mezclaban, había música con la que bailaban sensualmente, pero no les preste atención, solo me importaba alguien.

Un poco lejos de mi veía a una chica de espaldas con vestido blanco bailando sensualmente, poco a poco me acercaba a esa chica.

La tome del hombro y volteó a verme, era Madeleine— Aidan— sonrió eufórica al verme. Estaba totalmente ebria.

—Madeleine ya es hora de que te vayas a dormir— la tome de la mano pero no caminaba.

—yo no me quiero ir— dijo en modo de rabieta y siguió bailando mirándome.

—mañana nos vamos a Nueva York, debes dormir— insistí.

—una hora más— se acercó a mi, lenta y peligrosamente— ven, vamos a bailar— su aliento olía alcohol y admito que me provocaba una sensación que jamás había sentido.

Matrimonio por convenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora