Episodio 19

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Pasaron 2 días después del beso en mi habitación, y no habíamos hablado de eso, solo hacíamos lo mismo sin tomar la platica del beso.

—mañana es la boda de Charlotte y Harry— mencionó comiendo.

—creí que ya no iríamos— bebí de la copa con agua.

—claro, ya no me afecta y pues ahora estamos tú y yo... juntos— se llevó un bocado de comida a la boca rápidamente.

—iré a buscar un vestido, no tengo nada que ponerme— alce los ojos.

—por supuesto, la recepción será en un salón, ¿podría ser un vestido azul celeste? Así iríamos combinados— sugirió.

—si, me parece bien— asentí y termine de desayunar.

(...)

—no lo puedo creer, no halle ni un vestido para mañana en la boda— dije frustrada, estaba en el auto con Aarón y Viktor.

—hay una boutique aquí cerca, señorita— comentó Aarón.

—si, si necesitamos visitar todas las boutiques, así será, pero tengo que conseguir un vestido hoy— dije firme y segura.

Llegamos a la boutique que había mencionado Aarón. Solo baje con Viktor y entramos.

Comencé a buscar vestidos que fueran ideales para la ocasión. Trataba de que fueran azul celeste, como había dicho Aidan.

—buen día, ¿busca algo en específico?— mencionó una señorita y le di un vestido a Viktor para que lo cargara en lo que buscaba otro.

—buen día, si, tengo una boda mañana y necesito un vestido azul celeste— sonreí.

—claro, ¿a qué hora es su evento o qué clase de vestido desea?— seguía con sus preguntas.

—excelente pregunta— no sabía perfectamente— a las 5 de la tarde—.

—¿tiene que ir formal, de gala...?— ni yo sabía.

—formal— respondí no tan convencida.

Asintió y se fue a buscar un vestido, comencé a ver zapatos, no sabía con qué combinarlos. Han pasado muchos meses y aún es nuevo para mi todo esto.

La señorita llegó con varios y nos dirigimos al probador.

Pasó alrededor de 7 vestidos— lo lamento tanto, Viktor, que estés aquí aguantando todo— dije saliendo con el vestido 8.

—no se preocupe, señorita, soy su guardaespaldas y si lo desea su amigo— sonrió pero se veía cansado de ver vestidos.

—eso me gustaría— le sonreí.

—si quiere mi opinión, ese vestido es hermoso, le resalta... su figura— sonrió.

—concuerdo con él— dijo la señorita y se acercó a mi— hace que su figura se marque pero no es incómodo—.

—si, es muy cómodo realmente— apreciaba el vestido— solo que no me gusta las piedras al final de la falda—.

—si fuera en algún otro lugar, ¿lo amaría?— parecía que escogía mi vestido de novia.

—creo que si fueran arriba pero sin tantas piedritas— comenté y ella asintió.

Entre al probador y seguí con otro. Este era no tan liso, tenía pliegues en la falda pero tenía abertura en la pierna derecha, lo que lo hacía sexy, era celeste, tenía piedras pequeñas que decoraba el corsé.

Salí y me miré al espejo— ¿que le parece?— dijo la señorita con una enorme sonrisa.

Imite su sonrisa— es muy hermoso, me encanta la abertura y hasta combina con estas zapatillas—.

Vi por el espejo a Viktor— es preciosa— voltee a mirarlo— es decir, el vestido es precioso— sonreí.

—gracias Viktor— voltee a verme al espejo.

Pague el vestido y nos dirigimos a casa, no podía dejar de sonreír. Había encontrado un vestido para mañana.

—parece que le fue bien, señorita Maddy— decía Aarón viéndome por el retrovisor.

—así es, gracias a una señorita y a Viktor que era un buen ayudante con sus comentarios— sonreí y vi a Viktor.

—solo era honesto, señorita Madeleine— sonrió ligero.

—oh si, no salía de es 'muy bonito vestido', 'le queda muy bien'— comencé a reír.

—un buen crítico— dijo Aarón socarrón.

—si, un buen crítico— pose mi mano en su hombro.

Sonrió aún más Viktor y llegamos a casa, Viktor bajó para abrirme la puerta de mi lado. Estiró su mano para que yo bajara, lo cual nunca había echo.

—yo llevo sus bolsas, señorita— dijo educado.

—gracias— sonreí y fui al departamento.

Ya era de noche, estaba en mi habitación desmaquillándome y tocaron a mi puerta.

—hola— era Aidan.

—hola— dije con una sonrisa.

—¿encontraste vestido?— entró a mi habitación y se sentó en la cama.

—si, una señorita me ayudó a escogerlo y Viktor era el crítico de cada vestido— reí.

—me alegra que te lleves muy bien con él, que no lo veas solo como un guardaespaldas— sonrió viéndome.

—igual a mi— le di la razón y terminé de desmaquillarme para voltear a verlo.

—quería decirte algo— asentí para que continuara— yo... quería saber...— ¿querrá hablar sobre el beso?— si me ayudas a escoger entre dos camisas para mañana— se puso de pie rápido.

—por supuesto— me puse de pie y fuimos a su habitación. Siendo sincera, nunca había entrado.

Era de color blanco con tonos verdes, era muy bonita. Tenía todo organizado y no sabía si lo organizaba él o Gladis.

—¿recuerdas que te había dicho que consiguieras un vestido azul celeste?— asentí otra vez— tengo estas dos opciones— me enseñó sus camisas. Una era más clara que la otra— o tal vez una camisa blanca y corbata azul— me enseñó las corbatas celestes que tenía. 

—Creo que sería mejor camisa blanca con corbata celeste— di mi opinión.

—¿cuál crees que deba llevar?— las puso todas en la cama.

Había varios tonos de celestes, unos más claros que otros o más oscuros.

—yo creo que está— escogí una que parecía el tono de mi vestido.

—es una buena corbata— sonreímos.

—si, creo que si— cruce mis brazos. Llevaba una bata puesta y debajo mi pijama.

Dejó la corbata en la cama y me miraba de arriba abajo, eso me ponía nerviosa.

—quiero decirte algo— me tomó de los brazos.

—¿a sí?— asintió— ¿qué es?—.

—tal vez escuches cosas de mi mañana, solo quiero decirte que cualquier cosa que te digan o escuches, no es verdad y si dudas, no me ofenderé de que me lo preguntes directamente antes de sacar conclusiones— su mirada no era como siempre, era tímida y algo nerviosa.

—está bien, yo confío en ti— le sonreí ligero.

No dijo más y solo me abrazó, no sabía que hacer así que solo correspondí el abrazo. Aunque sintiera que me abrazaba con delicadeza como si me fuera a romper. O tal vez él se podía romper.

Matrimonio por convenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora