Episodio 5

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Era una nueva mañana, me di una ducha, me vestí un poco más formal y baje para desayunar.

—buenos días señorita Madeleine— saludó Gladis.

—buenos días, solo dime Maddy, realmente estaré aquí un buen tiempo y no quiero que me llamen señorita— explique con una risa de por medio.

—por supuesto... Maddy— asintió con una pequeña sonrisa— el señor Aidan no desayunara con usted, tuvo una reunión de última hora— explicó yendo a la cocina.

Fruncí mis labios y me dirigí al comedor donde ya estaba el desayuno.

Comencé a comer mientras escribía la lista para esta noche. No sabía si poner la mostaza o no, aunque podría pasar como la otra vez, la mostaza es horrorosa.

—señorita Madeleine— me sobresalte y gire detrás mío— lamento asustarla, solo quería comentarle que ya estoy aquí por si gusta salir a algún lado— era Viktor.

—si, creo que si saldremos, avísale a Aarón que saldremos— seguía escribiendo.

—por supuesto, ¿a donde iremos?— seguía cuestionando.

—oh, iremos a... al centro comercial pero el que está en el sur— lo mire y le di una sonrisa.

—por supuesto— se fue y seguí desayunando.

Tome mis cosas y salí del departamento. Aarón abrió la puerta para mi y subí al auto.

Seguía anotando más en la lista, aunque no me quería ver caprichosa o fastidiosa de que sean tantas cosas que no me gustan.

—señorita Madeleine, llegamos— mencionó Aarón y lo observé.

—¿tan rápido?— creí que era más lejos.

—fue un viaje de 30 minutos— explicó frunciendo el ceño.

—oh si por supuesto, es que estaba tan concentrada en esto que no me di cuenta— sonreí nerviosa.

Bajaron y Aarón abrió mi puerta y baje del auto entrando al centro comercial, era más grande que el otro que estaba más cerca.

Caminaba por las tiendas departamentales, quería tener un detalle con Aidan, él ha tenido muchos conmigo y yo no. Aunque es su dinero pero un detalle no viene mal.

—buen día, ¿algo en lo que le pueda ayudar?— voltee a ver a la chica.

—oh si, busco—

—oh por Dios eres Madeleine Davis, la novia de Aidan Gallagher— gritó emocionada. No creí que fuera popular.

Inmediatamente me empezaron a rodear chicas de la tienda departamental a quererse tomar una foto conmigo.

—la señorita necesita hacer sus compras— mencionaba Viktor tratando de hacerlas para atrás.

—gracias Viktor— susurre.

Seguí haciendo mis compras, aunque no sabía que comprarle a Aidan.

Aarón estaba detrás mío cuidándome ya que en la tienda departamental comenzó a llegar más gente y hasta reporteros.

—Aarón— se acercó más a mi— no sé qué regalarle a Aidan— buscaba en la tienda algo que estuviera a la altura.

—no tiene que regalarle nada señorita Madeleine— sonrió ligero.

—lo sé pero quiero hacerlo— bufé— vi un reloj hermoso pero realmente ya tiene muchos y uno más no creo que sea un buen regalo— voltee a verlo— tú haz estado mucho tiempo con él, debes saber algo acerca de él, yo no sé nada de él—.

—no soy el indicado para decirle señorita, es como traicionar al señor Aidan de su confianza— puso sus manos detrás de él.

Bufé y seguí mi camino para buscar un regalo, había visto en su despacho algunos juguetes de colección de Batman, tal vez le fascinaba.

Compré el Batman de Robert Pattinson, hice que lo envolvieran y salimos de la tienda. Aunque sería difícil por la multitud.

No sé cómo pero llegamos al auto, aún no subía ya que esperaba a que Aarón encendiera el auto.

—señorita Madeleine, una foto por favor— hablaba un reportero.

—¿podría responder algunas preguntas?— hablaba otro pero Aidan dijo que nada de entrevistas— se especula que solo está con Aidan Gallagher por fama y dinero ¿es eso cierto?— voltee a verlo con enojo, me contuve y subí al auto para irnos al departamento.

Mi vida era más fácil cuando no me seguían los reporteros o personas queriéndose tomar fotos. Es raro todo eso.

Sentía mi teléfono vibrar y solo llegaba mensajes de Izzy preguntando si era cierto que estaba con ese galán. No podía negarlo, pero tampoco quería mentirle.

Todos creen que tenemos meses saliendo, cuando realmente solo tenemos días de conocernos.

—¿está bien señorita Madeleine?— me sacó de mis pensamientos Viktor.

—si, solo que me quede pensando en lo que dijo el reportero, no saben nada de nosotros y ya se atreven a especular— reí sin gracia.

—así es la vida de alguien reconocido— mencionaba con voz cálida.

—yo no soy reconocida, Aidan lo es— aclare.

—si pero como usted es su novia, por ende es reconocida también— en su cara se dibujó una pequeña sonrisa.

(...)

La hora de la cena llegó, tenía muchas cosas anotadas en mis hojas, no quería que pensara que soy fastidiosa o quisquillosa.

Me había puesto un vestido color blanco con tirantes y algo corto, como estábamos solos pues no habría problema.

Eran las 8 y salí al comedor para la cena. Aidan también salió de su habitación vistiendo un traje sastre.

—te ves hermosa— aduló y sonreí.

—gracias, podría decir lo mismo de ti— sentí un poco mis mejillas arder.

—vamos— me tendió su mano a lo cual la tome y nos dirigimos a la mesa, arrastró la silla para mi.

—gracias— sonreí y se sentó del otro lado de la mesa.

—dime cómo estuvo tu día— la señora Gladis comenzó a servir la cena.

—oh estuvo bien, fui al centro comercial y había reporteros y algunas chicas queriéndose tomar fotos conmigo— hice una mueca.

—te sentiste Kim Kardashian— reía bebiendo de su copa con vino.

—fue bastante raro, no sé si me sentía Kim Kardashian pero fue toda una experiencia— reí y bebí del vino, realmente era rico.

—¿te gusta?— asentí.

—jamás había probado un vino tan rico, normalmente es el más barato pero ¡Dios!— me lo bebí todo y Aidan se reía de mi— no te rías de mi— también me reí.

—lo siento— solo tenía una sonrisa— me alegro que disfrutes el vino— bebía un poco más del vino.

—oh casi lo olvido— me termine el vino de la copa— ¡Aarón!— llame y llegó con el obsequio quien se lo dio a Aidan.

—¿qué es esto?— lo tomó con su ceño fruncido y Aarón se retiró.

—tú haz tenido muchos detalles conmigo y yo quise tener uno contigo— Gladis me servía un poco más de vino y pedí que dejara la botella.

—no tenías que hacerlo— me sonrió.

—lo sé, quise hacerlo— sonreí y bebí más del vino cenando.

Abría el regalo y sonreía ampliamente— no es cierto— mencionó sacándolo del envoltorio.

—¿te gusta?— sonreí de oreja a oreja.

—por supuesto, tengo toda la colección de todos los Batman y solo faltaba el de Robert Pattinson— me miró con su sonrisa grande— muchas gracias Madeleine— levantó su copa y levante la mía.

Aunque ya estaba algo mareada.

Matrimonio por convenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora