Somos Uru-Mac-Sur

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Las ganas de orinar despiertan a Leo.
Todavía estoy mareado. No tenía que haber tomado tanto, ni tampoco tenía que llegar tan tarde y ponerme a discutir con Tami. Y mucho menos delante del niño. La verdad es que soy un mierda. Pero un mierda que los quiere con cojones. Mira que rico duermen. Mañana en cuanto me levante voy a arreglar las cosas.
Leo arrastra los pies hasta el baño y orina a placer. Al volver al cuarto queda paralizado, no puede mover ni un músculo. Una fuerza lo somete. Una fuerza que proviene del ser que tiene enfrente. Un ser de pelaje como humo o humo como pelaje, tan negro, que su silueta se dibuja en la oscuridad de la habitación. 
-Somos Urú-Mac-Sur- Vibra la voz de la criatura en la mente de Leo.- y has sido elegido para tener el privilegio de ser uno con nosotros.
Leo queda horrorizado y más cuando descubre que su mujer y su hijo también están bajo el poder de la criatura. Ambos lo miran con ojos de desesperación.
-Somos Urú-Mac-Sur- vuelve a vibrar la voz en la mente de Leo.-Cumple tu cometido y se uno con nosotros.
Las palabras del monstruo fuerzan a Leo a avanzar hacia su familia. En vano intenta resistirse. Dominado por el ser, salta sobre su esposa y comienza a morderla con hambre desmedida. El niño, también influido por el poder de la bestia, es obligado a mirar.
-Somos Urú-Mac-Sur, se uno con nosotros- repite el monstruo como una letanía.
Y Leo arranca de un brutal mordisco la lengua de su mujer. Y le devora los ojos. Sufre y siente el sufrimiento de ella. Y eso lo excita. Quiere detenerse, pero no puede. Es como cuando bebe y no puede parar. Siente una erección y comienza a violar con salvajismo cada herida que provocó, hasta tener un orgasmo en las cuencas oculares de su víctima. El mejor orgasmo de su vida. El semen se mezcla con la sangre y Leo lo lame con lascivia. Ya no es un hombre, ya es un ser oscuro con pelaje como humo o humo como pelaje, solo una parte de su rostro todavía es humano. Y puede sentir que su hijo se aferra a esa parte y siente el hilo de esperanza del pequeño. Hilo  que desgarra cuando lo ataca y goza, más que la vez anterior, del frenesí del sexo y la matanza. Disfrutando cada  mutilación mientras repite una y otra vez.
-Somos Urú-Mac-Sur.

FIN

Terror, espadas y erotismo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora