Así no se puede

6 0 0
                                    

Hace poco anduvo un héroe por esta zona.
Recuerdo que venía, con su reluciente armadura, montado en un hermoso corcel blanco. Cuando lo vi, me di cuenta que la Escuela Formadora de Caballeros seguía haciendo un buen trabajo con los recién graduados.
El joven se dirigió hacia un río cercano, y yo decidí seguirlo, para comprobar que tal le iba en su labor. Cuando llegué, vi a una hermosa dama bañándose en la otra orilla. La joven estaba tan atareada disfrutando su baño, que no se dio cuenta del inmenso reptil  que se acercaba peligrosamente.
Antes de que pudiera intentar avisarle del peligro, el héroe se lanzó al agua en defensa de la pobre muchacha. Se veía que el muchacho sabía hacer lo suyo, desenvainó la espada y avanzó con valor, interponiéndose entre la bestia y la damisela. Todo exactamente como manda el reglamento.
Lo que aconteció después fue algo realmente horrible. El hermoso y esbelto cuerpo de la joven se transformó en un diabólico monstruo, que atrapó fácilmente al caballero con sus fuertes tentáculos, para luego  devorarlo poco a poco con ayuda del reptil.  Y mientras comían la dama monstruo le comentaba a su mascota.
-Bien hecho mi bicharraquito Ves que fácil se atrapa a esos ingenuos. 
¿Increíble no? Por eso me retiré y ya no ejerzo como caballero. Porque así no se puede trabajar. Ya no se pueden seguir las tradicionales costumbres de los manuales de caballería. Y así no se puede trabajar, no se puede.

Fin

Terror, espadas y erotismo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora