Terror, espadas y erotismo

Los oscuros

Realmente estaba sorprendido. Nunca me hubiera imaginado que esto pudiera ser así.
-Bueno, dime bro, qué te parece?
No podía responder, era increíble ver como hacían lo que les daba la gana.
-Habla bro, te quedaste pasmado. No digo yo, las celebraciones de nosotros los oscuros son así, súper extremas. Vamos di algo chama.
Aunque lo intenté, en esos momentos mis creencias me hicieron quedarme inmóvil, observando todos aquellos signos satánicos pintados en el suelo y sobre los cuerpos desnudos del joven que me hablaba y las dos muchachas, que no paraban en su amasijo de lujuria desenfrenada.   Al mismo tiempo, todo el ambiente, cargado de humo extasiador y alcohol, era amenizado por una banda de black metal.                                                                        Aquello me estaba encendiendo por dentro. Tenía que intervenir en aquella locura. No pude detenerme, habían sobrepasado mis límites. Mis garras salieron como por instinto, tenían  necesidad de desgarrar las gargantas de aquellos blasfemos. Aquellos adoradores de la oscuridad de fin de semana, que creían que con esas payasadas, tenían el derecho de llamarse oscuros.
Estúpidos ignorantes. - les dije, mientras los desmembraba, poco a poco, evitando los órganos vitales, para que sufrieran, lentamente.
- Yo les voy a mostrar lo que es la  verdadera  oscuridad!

Fin