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Recostó su espalda en el pecho de Lisa, dejaba escapar pequeños suspiros de sus labios entreabiertos mientras la tailandesa mordía y besaba con anhelo su nuca.
El calor del cuerpo de Lisa era reconfortante, envolviendo a Jennie en una sensación de seguridad y deseo. Los pequeños suspiros que escapaban de sus labios eran como una melodía suave para Lisa, quien parecía disfrutar cada instante, cada roce.
Lisa exploraba la delicada piel de Jennie con suaves mordiscos y besos, sus labios deslizándose por la nuca de Jennie con una mezcla de ternura y pasión. Cada toque era una promesa silenciosa de amor y cariño, y el ritmo de su respiración se mezclaba con el de Jennie, creando un compás íntimo y armonioso.
Jennie se dejó llevar por el momento, sintiendo cómo el placer se acumulaba en su pecho y en su piel. Los susurros de Lisa y las caricias de sus labios provocaban un torbellino de emociones en ella, un deseo de estar aún más cerca, de fundirse en ese contacto que parecía eterno.
—Lisa...—murmuró Jennie, su voz temblando ligeramente, revelando la intensidad de sus sentimientos. El nombre de Lisa era una súplica y un deseo en sus labios.
Lisa respondió con un suave y apasionado beso en la base de la nuca de Jennie, su aliento caliente y su toque lleno de devoción.
Una sonrisa suave y algo burlona se pintó en los labios de Lisa, con una de sus piernas abrió las temblorosas de Jennie. La castaña a penas usando un suéter de Lisa que le quedaba enorme, y hasta un poco más abajo del trasero.
Sus manos se movieron con cuidado y atención, deslizando sus dedos por los costados de Jennie, sintiendo el calor de su piel bajo el suéter. La calidez de Lisa se sentía aún más intensa al contrastar con el tejido del suéter, y el toque de Lisa era un recordatorio constante de su amor y devoción.
Lisa mantuvo una pierna entre las de Jennie, separándolas suavemente mientras continuaba sus caricias. Cada movimiento estaba cargado de delicadeza y deseo, y Lisa se aseguró de que cada toque y beso fueran un reflejo de lo profundo de sus sentimientos.
—Te ves adorable así—murmuró Lisa, su voz llena de ternura mientras sus labios trazaban un camino cálido desde la base del cuello de Jennie hasta sus hombros. Sus manos seguían explorando con una mezcla de deseo y cuidado, disfrutando del contacto cercano y de la forma en que Jennie respondía a cada caricia.
Jennie cerró los ojos, dejando que el placer la envolviera completamente, su cuerpo temblando ligeramente bajo el toque de Lisa. La combinación de ternura y pasión en las caricias de Lisa creaba una experiencia única y profundamente íntima, un momento en el que todo el mundo exterior parecía desvanecerse.
Las caderas de Jennie se arquearon con sorpresa cuando sintió el muslo de Lisa presionarse en su intimidad.
El calor del muslo de Lisa, presionando contra la intimidad de Jennie, hizo que un temblor recorriera su cuerpo. Jennie se arqueó involuntariamente, su respiración acelerándose al sentir la presión suave pero intensa. El contacto cercano y la sensación de Lisa contra su piel hicieron que su deseo aumentara.
