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𖹭 𔘓 𖹭
Jennie movió suavemente sus caderas, buscando fricción mientras Lisa succionaba casi ruidosamente sus pezones.
No pudo evitar dejar escapar un suave gemido mientras movía sus caderas, buscando más fricción. La sensación de los labios de Lisa alrededor de sus pezones la hacía perder la cabeza, cada succión enviando oleadas de placer a su cuerpo.
Lisa, consciente de cómo Jennie reaccionaba, intensificó sus caricias. Sus labios atrapaban los sensibles pezones de Jennie, su lengua jugando con ellos antes de succionarlos con más fuerza, provocando que Jennie arqueara su espalda en respuesta. Cada sonido que escapaba de los labios de Jennie era una melodía que alentaba a Lisa a seguir.
—Li... Lisa—jadeó Jennie, su cuerpo moviéndose instintivamente contra el de su mayor, buscando desesperadamente más contacto, más de esa deliciosa fricción que la hacía perderse en el momento.
Lisa, con su mirada fija en Jennie, bajó una mano por su cintura, acariciando la piel caliente de su amante. Sin romper el contacto con sus labios, deslizó su mano más abajo, provocando que Jennie se aferrara a las sábanas con más fuerza, anticipando lo que vendría.
—Lili...—murmuró Jennie, jadeando suavemente cuando sintió a Lisa acariciar su vientre mientras jalaba su pezón antes rosado, ahora rojizo con los dientes.
Levantó suavemente sus caderas cuando Lisa metió casi descaradamente su mano en los shorts de tela suelta de Jennie, se elevó suavemente en el regazo de Lisa para darle más libertad y espacio para tocar.
Jennie dejó que sus caderas se alzaran ligeramente, ofreciendo a Lisa más acceso, su respiración volviéndose cada vez más irregular a medida que sentía las hábiles manos de Lisa moverse con precisión. La cercanía entre ellas se intensificaba, y el aire a su alrededor parecía cargado de electricidad.
Lisa no perdió tiempo, sus dedos explorando suavemente pero con seguridad. El cuerpo de Jennie respondió casi de inmediato, un suave gemido escapando de sus labios mientras sus caderas buscaban instintivamente más contacto. El calor entre ellas se incrementaba, y la fricción que Jennie tanto anhelaba comenzó a satisfacer sus deseos, cada toque de Lisa haciéndola perderse más en el momento.
—Lili, por favor...—jadeó Jennie, sus palabras apenas audibles entre sus respiraciones agitadas. Se aferraba más fuerte a Lisa, como si el propio toque de su amante fuera lo único que la mantenía conectada con la realidad.
Jadeó cuando Lisa la recostó en la cama, con las piernas abiertas. Estaba entre las piernas de la menor y empezó a juguetear con el elástico de sus shorts mientras mordía debajo de sus pechos.
El ambiente entre ambas se volvía cada vez más cargado de deseo. Jennie, con sus ojos entrecerrados por el placer que la envolvía, observaba cómo Lisa se tomaba su tiempo, saboreando cada momento. Los dedos de Lisa jugueteaban con el elástico de los shorts, bajándolos lentamente, provocando a Jennie con cada pequeño tirón, mientras sus labios dejaban un rastro de mordidas suaves por debajo de sus pechos, justo en el lugar donde la piel era más sensible.
