Capítulo 2

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Capítulo 2.

Los días corrían lentamente o pasaban en un parpadear de ojos, no había punto medio entre los dos, la comida no me sabia a nada, aunque había tratado de mantenerme positiva y ver las cosas como algo temporal a veces me era imposible, mi mente daba vueltas todos los días, era estar en una montaña rusa de emociones constante, sin embargo buscaba actividades para distraerme por horas, una de las tantas era el ejercicio pues había leído en algún momento de mi vida que hacer ejercicio regularmente te podía ayudar a disminuir la depresión y ansiedad, pues al liberar endorfinas y ocupar tu mente, disminuyes el estrés, ahora bien ¿Qué son las endorfinas? Básicamente es una hormona que actúa estimulando sensaciones de motivación y felicidad, así que a mi rutina diaria decidí trotar todas las mañanas, antes de que saliera el sol, pues había días que el día era soleado a diferencia de otros días que era completamente nublado, pero sabía que al día siguiente todo cambiaria, lo tomaba como inspiración a mi vida, así que está mañana al volver de mi dosis diaria de cambios vi un interesante anuncio al entrar al condominio.

¡VOLUNTARIADO!

Apenas leí el titulo agarre uno de los tantos folletos que estaban apilados y me dispuse a leer las especificaciones y la verdad no me pareció una idea tan descabellada hasta una sonrisa me saco.

***

-Mamá ya llegué- anuncie gritando al entrar a la casa, aunque no lo crean han pasado días y sigo viendo la casa tan sola, tan vacía, aunque este ocupada por personas, supongo que así nos vemos las personas cuando estamos vacías y llenamos esos vacíos con otras personas, a la final nos vemos acompañados siempre pero internamente seguimos con ese vacío.

-Alii ¿Cómo te fue? ¿Qué tanto corriste? - Siempre me pregunta lo mismo, es parte de mi rutina.

-Bien mamá, realmente corrí lo suficiente- vi que asintió mientras leía unos documentos, deben ser de la empresa- Mamá vi un letrero que me llamo un poco la atención, habla sobre voluntariado- sin terminar la frase alzo la mirada hacia mí.

- ¿Voluntariado?

-Si, hay una convocatoria para hacer voluntariado fuera de la ciudad, con niños como un campamento- al mencionar la última palabra llame toda su atención- me gustaría ir mamá.

- ¿estas segura Ali? Se muy bien que emocionalmente no has estado al máximo aun así quieres ir, ¿Dónde es?

-Mamá según esto es a dos horas de la ciudad, nada muy lejos si lo piensas bien, además es por dos meses, dos meses en los hare algo, además de estar encerrada y salir a correr.

Vi que mi mamá solo me miraba y miraba alrededores, no estaba muy convencida de hacerlo o dejarme ir, pero sorprendentemente me dijo.

- ¿Cuándo te irías?

-Mamá en serio me dejaras ir- dije con bastante emoción- si es así, me iría en 5 días, pero no te preocupes yo puedo alistar todo- antes de irme corrí hacia ella le di un gran abrazo y me despedí- gracias, mamá, eres la mejor.

Aunque antes había ido a campamentos iba como en forma de diversión no como voluntaria, se que he cambiado y crecido un poco sin embargo se me hace increíble, así que sin pensarlo mucho baje a llenar la inscripción y hacer maletas, esperaba con ansias a que me dijeran que si

+++

Han pasado 3 días desde que envié la inscripción y todavía no he recibido respuesta, ando con mi celular siempre encima pues en cualquier momento me llaman o me escriben, pienso esto acostada en mi habitación mientras veo la maleta lista, con cositas personales, tengo todo tan organizado que me da miedo recibir un no, en mis ensoñaciones solo escucho un zumbido y cuando miro hacia mi lado, es mi celular, un numero desconocido.

-Hola buenas tardes- Es lo primero que digo al contestar, mientras me concentro en las voces de fondo, solo sonrío al escuchar la respuesta- Muchas gracias, por supuesto, entonces nos vemos el lunes.

Esas son mis respuestas en todas las llamadas, pues luego de la finalicé solo me puse de pie y di saltos de felicidad, ya que me aprobaron el voluntariado, era algo que quería hacer antes de cumplir los 20 años y se cumplió uno de mis deseos.

Así que cuando le avise a mi madre que me habían aceptado y que partía en solo dos días, estaba feliz con rastros de tristeza en sus ojos, básicamente era un sentimiento agridulce, feliz porque sabia que su hija esta cumpliendo un sueño, pero triste viendo como su pequeña hija ya había crecido.

El jardín de los liriosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora