Capítulo 10

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Capítulo 10.

Estar en pollitos felices es toda una experiencia, pues es estar con seres humanos que te preguntan todo y nada, están en plena etapa del ¿Por qué? Para ellos todo tienen uno y si no es un por que es un ¿Para qué? Es un ejercicio de paciencia estar aquí, porque si uno pregunta algo los otros 10 te preguntaran lo mismo, aunque lo hayas respondido.

- Adi ¿Qué haches? - Además es con diversos nombres constantemente.

-Estoy recortando- me tome bastante en serio la tarea de ser una decoradora en acción.

- ¿Lecoltando? ¿Y que lecoltas?

- Maripositas.

- ¿Malipositas?

- Ujum

- Adi ¿Qué es esho? – Y ahí vamos de nuevo, preguntan de todo.

- ¿Te están bordandeando de preguntas, cierto? - más que una pregunta lo sentí como una afirmación.

- Así es.

- Ellos son así, son muy pequeños todavía, están en plena etapa de desarrollo- sofí una de las que menos sabia, era bastante amable, a decir verdad, hacia todo lo posible para que me sintiera cómoda.

- Y los entiendo, la mayoría no se sabe ni las vocales y eso es decir mucho- dije se forma sonriente pues estar ahí era un momento bastante especial para mí.

- Exacto, muchos a duras penas y saben decir algunas palabras, viven en un mundo lleno de juegos y felicidad, aunque no creas a veces tienen sus cambios de humor bruscamente.

- ¿A qué te refieres?

- Aunque sean niños y la mayoría de su vida se base en los juguetes, también tienen sus emociones, a veces los invade la ira sin razón, la envidia o la tristeza, desde muy pequeños y no siempre las saben expresar.

- Son un pequeño mundo lleno de complejidades entonces- le dije mientras pausaba con los recortes.

- Ujum, sabes he aprendido a conocerlos muy bien, dicen muchas cosas que son para morirse de la risa, pero otras son bastante preocupantes.

- ¿Hace cuanto trabajas aquí? ¿O también haces voluntariado?

- Mmm es un poco de ambos, para mi es plenamente como voluntaria, pero esto me da trabajo, muchas veces hay madres en apuros que necesitan una niñera y pues simplemente me contactan, ahí se convierte en trabajo, además hago otras cositas para subsistir- todo esto me lo decía mientras miraba a lo lejos las acciones que llevaban a cabo cada uno de sus pollitos- Y llevo diez años aquí.

- ¿Diez?

- ¿Te parece mucho? – dijo con asombro.

- Si, no entiendo la sorpresa en tu rostro – le dije mientras pensaba en que esta mariposa me había quedado con las alas un poco raras y con raras me refiero a feas.

- Para mi estos diez años se me han pasado como agua, no he sentido ni uno de ellos.

- Espera un momento, si llevas 10 años aquí, ¿Cuántos años tienes? - le pregunte con gran curiosidad pues parecía que solo me llevaba dos años, se veía demasiado joven.

- Soy joven, tengo 26 años.

- ¿Comenzaste a cuidar de estos pollitos con tan solo 16? – yo seguía en un estado de shock.

- Pues con estos pollitos no, pero si con mis niños grandes, ya muchos tienen 12 años, ya acabaron la primaria.

- Eras muy valiente, yo estoy a punto de cumplir 20 años y no me atrevo a cuidar a alguien de 5 años.

- Hubo situaciones de vida que trajeron hasta este lugar, de lo cual estoy muy agradecida – realmente su cara cambio en ese instante, se veía mas nostálgica, triste, más de lo normal.

- Shofi, popo.

- Bueno ali, las labores me llaman de aquí allá, si necesitas algo más me avisas, quiero verlas terminadas- dijo mientras se levantaba de mi lado y agarraba al pequeño niño de la mano.

Cuando veo a personas como Sofí o como mar, solo reafirmo que todos tienen una historia, unas muy buenas otras no mucho, claro cada una de ellas solo les deja experiencia, sin embargo, muchas de esas situaciones han afilado sus personalidades, las han hecho ser lo que son en la actualidad. Mi curiosidad no estaba saciada, quería saber más, conocerlas más.

Sabia que tenia que aprender mucho de ellas, pues a veces pensaba lo inmadura que era con muchas situaciones de vida, no sabia como reaccionar ante ellas, mucho menos responder a estas mismas, pues, así como ellas tuve mi historia, solo que no era trágica, la mía perfectamente podría titularse "El cambio de una princesa". Es mejor tomar el consejo de alguien sabio mayor, a alguien de tu edad inmaduro, pues a veces en la misma inmadurez no sabemos como actuar a situaciones ajenas, así que damos consejos erráticos.

Lo que me gusta de estar aquí es que me hundo en lo profundo de mis pensamientos, pues en la ciudad se me hacia un poco mas difícil, siempre había un carro o una construcción que me desviaba totalmente de mi misma, aunque en estos momentos no es que hubiera mucho silencio, pues los pollitos estaban en su momento más activo, corrían de aquí allá y hablaban entre ellos por medio de balbuceos, tiraban juguetes de aquí allá, se metían algunos en la boca y se jaloneaban entre sí, no entendía como podían correr tanto entre tanto calor.

-Adi- me decía una pequeña con ojos grandes, sus ojos parecían tener su propio brillo, me miraba con demasiada dulzura, con esta diña hice clic inmediatamente.

-Dime pequeña Ari- sí, nos llamábamos algo similar.

- Tengo sed- se notaba, estaba agitada y un poco sudada.

Solo me levanté y en los pequeños vasos azules que había para ellos les serví agua, si en plural, pues resulta que Ari no era la única que tenia sed, de los 11 pollitos, los 11 tenían sed, mucha sed. Lo que mas amo de estos pequeñines son sus manos, pues son pequeñas y suaves, es algo que da mucha ternura. Después de asegurarme de que cada uno tomo el agua suficiente, agarré los vasos y les di una pequeña lava.

-Ali no debes hacer eso, tranquila.

-Sofí es lo mínimo que puedo hacer, además estabas en el baño con ese pequeñín hace un momento.

-Ni me lo recuerdes, no se que es lo que come, pues casi todos los días viene indispuesto.

-Entiendo- realmente no entendía nada- ya acabé con la primera docena de mariposas, míralas- se las mostré desde lo lejos, habían quedado aceptables la verdad.

-Me gustan, sobre todo esas que tienen brillos amarillos dorados, se ven divinas.

-Coincido totalmente contigo, por ahora son las que más me han gustado.

-Están preciosas, creo que es hora de que vayas con Luis o con Ben, puedes ir rotando de activades, ¿lo sabes, ¿no?

-No tenia ni idea- le dije entre risas- entonces voy a dejar todo organizado y te deseo suerte con estos pequeños.

Y así fue, me dispuse a salir de ahí, con un grito al unísono de despedida "Chao Adi" y manitos moviéndose en el aire, eso me hizo irme con una gran sonrisa, estaba preparada para las próximas actividades, aunque sabía que volvería con los pollitos mañana, cada día era una oportunidad para conocer a sofí.

El jardín de los liriosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora