Capítulo 11

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Capítulo 11.

La casa seguía siendo un caos completo, pues cada uno se tomaba muy en serio sus actividades, Luis ya estaba colgando las mariposas con brillos tan espectaculares que habían hecho mis manos, en el aire se veían mas lindas de lo que eran, yo solo las veía con orgullo.

-Alana, pensé que no sabias de decoración, pero se ven lindas- me dijo Luis.

-Eso mismo estaba pensando, las veo llena de orgullo pues hice que se vieran preciosas.

-Bueno tampoco es para tanto- me dijo en forma burlesca, pues solo él podía ser engreído con sus cosas.

-Escucho envidia en tus palabras Luis.

-Se que haría unas mariposas mas bonitas- me dijo con aires de grandeza, realmente no le creía, jamás había visto a Luis en otras actividades que no fueran relacionadas a los animales.

-No te lo crees ni tu misma- dijo sofí.

-Si lo dice sofí yo le creo- siempre le doy la razón a esa mujer.

-Ahora se pondrán en mi contra, cuando mis labores son las mas importantes y fundamentales de aquí- y volvió su aire de grandeza.

-Cuidar de 5 perros no es nada Luis, es como se paseador- le dije en forma de broma.

- ¿Me estas diciendo paseador de perros alana? ¿Sabes lo importante que es lo que hago?

-No es tan importante como la labor de sofí, eso si es fundamental, es un pilar en esta casa.

-Ahora todo es sofí, para tu información alana, en la casa hay una jerarquía y créeme sofí no es la reina, así que deja de apoyarla en todo.

-Tal vez sofí no es la reina, pero estoy mas que segura de que tu eres el rey Luis.

Lo que le dije no solo le desencajo un poco la cara, sino que también causo fuertes carcajadas de sofí, una risa tan contagiosa que me uní a ella, lo bueno de la dichosa visita es que me hago cada vez mas cercana a cada uno de ellos, ya puedo hacerles chistes o molestarlos con pequeñas cosas, así como yo a ellos, ellos a mi he ahí el único problema.

-Si claro, lo que digas, ¿Ya fuiste por las manzanas de hoy? - dijo de forma inquisitiva, se que sabe algo o quiere saber.

- ¿Por qué preguntas Luis?

- Solo curiosidad, hay algo ahí, Mar lo dijo con doble sentido- decía bastante convencimiento.

-No hay nada, solo que ves cosas donde no las hay- le dije con una pequeña sonrisa.

-Todos saben cuando hay algo más, menos yo- dijo sofí- siempre de espectadora, nunca de protagonista.

-Ja ja ja, no naciste para ser una protagonista sofí, sería tan aburrido verte a ti como una- seguía una y otra vez Luis con sus burlas infaltables.

-Tengo mucho material para ser protagonista, solo que tu no lo sabes.

-Chicos todos somos protagonistas, calma, calma

Mientras su conversación se tornaba en quien sería un mejor protagonista, solo hui de ahí, pues Luis tenía razón en algo, no había ido por las manzanas de hoy. Estaba en la puerta a punto de salir cuando me encontré con Mar, me vio de pies a cabeza y solo sonrió, no hizo peguntas, ni dijo algo más, ella sabía hacia donde me dirigía.

El día de hoy el sol resplandecía con fuerza, las calles estaban vacías pues todos estaban en sus casas o trabajos, pues el calor era poco soportable. Al llegar al mini market, me lleve una gran sorpresa, pues no estaba Charles, la sonrisa que llevaba en el rostro se borró.

-Hola buenos días, podrías por favor darme cinco manzanas, tres mandarinas y un litro de yogur- le dije al desconocido frente a mis ojos, aparentemente era nuevo, pues agarraba las cosas con inseguridad, en mi mente solo estaba una simple pregunta ¿Dónde esta Charles? Sin embargo, no lo iba a preguntar, pues la vergüenza me ganaba.

- ¿Mmm cuantas mandarinas? - me pregunto el chico del frente, un chico que parecía bastante serio.

-Tres, por favor- entre las cortas preguntas y respuestas, escucho algo que mis oídos agradecen escuchar.

- ¿Charles donde se encuentran las mandarinas? - esto lo dijo en un grito medio alto, es ahí cuando lo veo salir de los estantes traseros, con su característica sonrisa y su cabello mojado, al ver su cabello solo pensé, vine por manzanas y me voy deleitada con la vista.

-Ali ¿Cómo vas? - me pregunto Charles

-Bien, vine por lo de siempre- con tan solo su presencia mi actitud cambiaba rotundamente.

-No me sorprende, de hecho, siento que te tardaste, mira aquí están tus productos del día- me entrega las cosas, de la misma forma que siempre, con la misma amabilidad que siempre.

Mientras nuestra pequeña charla transcurre solo veo al chico nuevo, siendo espectador, viendo de un lado a otro, viendo los rostros de cada uno, tengo la sensación de que los demás se sienten espectadores cuando interactúo con Charles. Al irme solo pienso en que aceptar su amistad fue un gran riesgo pues de por medio hay una leve atracción, pero estoy consciente de que no puede pasar mucho más allá, pues no siempre estaré aquí. 

El jardín de los liriosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora