Capítulo 15.
Al despertar, solo pensé en lo que amaba cada experiencia, desde Charles y su compañía en las mañanas, hasta los comentarios de Camile por las tardes, amaba cada detalle. No todo era bueno, al menos no siempre, la convivencia era pesada, Luis y Ben seguían con sus roces personales, roces que empañaban lo dulce de las mañanas, sabia que vivir con otras personas no sería fácil y mas con tan poco tiempo, no los alcanzaría a conocer, algo dentro de mí me decía que antes de conocerlos a ellos debía conocerme a mí. La carta a mí misma seguía completamente en blanco, seguía sin saber quien era, cuales eran mis pasatiempos o lo que quería en un futuro, no sabia a que me dedicaría, o si realmente era buena para trabajar, eran dudas que todavía me atormentaban en la soledad, eso me preocupaba, no quería que mi felicidad dependiera de alguien más, quería que dependiera de mí. Era algo difícil pues estando en casa solo me quedaba vagando en pensamientos, al salir disfrutaba estar con los demás, pero dejaba mis problemas a un lado.
Estaba dispuesta a que eso cambiara, al menos ya no sentía las ganas de no volverme a parar, no volverlo a intentar, justo ahora podía ver la belleza en las pequeñas cosas, cuando llegue aquí, tenía normalizado demasiadas cosas, los amaneceres, la lluvia, el viento tocando mis mejillas, para mi cada una de esas cosas era normal, era algo cotidiano con lo que si o si lidiaría. Hasta que llegue aquí, la gente era diferente, encontraban belleza en cosas inesperadas pero esperadas.
Esta mañana no seria diferente a ninguna, luego de correr o más bien bailar lentamente junto a Charles hace poco, las mañanas eran acompañadas por el sol, ese sol que resplandecía sin parar, ese que al mirarlo te cegaba con su brillo, amaba eso, aprendí amarlo, pues era ese mi recordatorio de que todos los días, sale el sol, algunos días resplandecía con más fuerza, quería ser sol en mi vida.
Iba de regreso a casa junto a Charles cuando decidí dar el primer paso.
-¿Cuándo empezamos a descubrir mis pasatiempos?
- Me quede esperando tu mensaje más de lo esperado Ali.
- Me daba un poco de vergüenza escribirte, no quería invadir tu espacio.
- Si te pedí que me escribieras era como un permiso a invadirme – decía con gracia.
- Tal vez. ¿Charles?
- ¿Si Ali?
- ¿Cuáles son tus pasatiempos? A parte de estar en el super.
- Ali estar en el super no es un pasatiempo es mi trabajo.
- Lo mismo, solo cuéntame de ti.
- Me gusta ir al gym.
- ¿Te gusta hacer ejercicio? ¿Y ya?
- Me gusta hacer demasiadas cosas Ali, pero una que hago sin faltar es esa, no lo hago por vanidad lo hago por salud.
- O sea a parte de correr haces ejercicio.
- No lo digas con tanta sorpresa, es algo bastante normal, pensé que también te gustaba el ejercicio.
- Corro en las mañanas por salud mental, me hace despejar un poco.
- Te entiendo, aun así, ¿Por qué preguntas?
La verdad estaba preguntándole a las personas más cercanas sobre sus hobbies pensaba que si alguno de esos me gustaba podía realizarlo, sin necesidad de buscar uno a uno, pero no iba admitirlo.
-Solo tenía esa pequeña duda.
- Ali yo tengo una lista de cosas que te pueden gustar, solo es que saquemos el espacio.
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El jardín de los lirios
Teen FictionDespués de vivir toda su vida en el mismo lugar, Alana y su familia pasan por situaciones que los llevan a cambiar su estilo de vida, algo que no pone de muy buen humor a Alana, pues siente que esta viviendo en una gran tormenta sin cesar, de la cua...