Capítulo 5

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Eira se encontraba junto su hermano observando las barcas partir junto a Desdentao para encontrar el nido. Hipo veía triste la situación mientras sentía impotencia al no poder hacer nada por su mejor amigo. Un silencio cómodo reinó en ambos hermanos hasta que Astrid apareció y estuvo mirando también el mar en silencio hasta que decidió hablar.

–Vaya desastre. Debes sentirte fatal, lo has perdido todo. Tu padre, tu tribu, tu mejor amigo.

–Gracias por resumírmelo. Debería haber matado a ese dragón cuando me lo encontré en el bosque. –dijo Hipo.

–Los demás lo hubiéramos hecho. Pero, ¿Por qué tú no? –preguntó Astrid.

–No lo sé. –respondió Hipo algo pensativo. –No pude.

–Eso no es una respuesta. –comentó Eira y su hermano le miró mal por un momento.

–¿Pero por qué te importa tanto de repente?

–Por que quiero recordar lo que digas ahora mismo.

–Oh por el amor de... –se quejó Hipo frustrado y Eira sonrió al verle así. –Fui un cobarde, un débil, no quise matar a un dragón.

–Si te consuela yo tampoco pude. –dijo Eira con una pequeña sonrisa al recordar cómo se encontró el huevo de Reign. Hipo la miró confundido pero Astrid llamó su atención de nuevo.

–¿No quisiste o no pudiste?

–¡Qué más da! No quise. Trescientos años y somos los únicos que no queremos matar a un dragón. –se quejó Hipo nuevamente. –Debería haber hecho como tú, Eira. Plantarle cara a nuestro padre y negarme a seguir con el entrenamiento. De ser así, Astrid habría ganado y matado al dragón, y yo tendría a Desdentao a salvo.

–Eso nadie lo sabía, Hipo. El pasado ya está hecho, ahora debemos actuar para cambiarlo por un futuro mejor. –le dijo Eira con una sonrisa. –Ahora, lo que debemos hacer es una locura, pero más grande.

–Parece que me has leído la mente. –Hipo sonrió viendo a su hermana. Ambos se sonreían mientras Astrid les veía confundida.

–¿De qué locura estamos hablando?

–Creo que es momento de sacar nuestro mejor as. –dijo Eira mirando a Astrid, quién entendió a lo que se refería.

Los tres regresaron a la aldea para reclutar a Mocoso, Patapez, Chusco y Brusca. El grupo se preparó y fueron a la arena, dónde Hipo sacó al resto de dragones para la emoción y el miedo de algunos de sus compañeros. Una vez cada uno tuvo asignado su dragón, Hipo observó como su hermana silbó y se quedó mirando el cielo con atención, estuvo a punto de preguntarle el motivo cuando un rugido llamó la atención de todos.

Reign entró en el recinto y aterrizó frente a Eira, quién acarició a su dragón con cariño antes de montarse encima y ver a todos los presentes verla con asombro.

–¿Tenías un dragón? ¿Por qué nunca me lo has dicho? ¡Te conté sobre Desdentao! –dijo Hipo viendo a su hermana acariciar la cabeza de Reign.

–Reign era mi mayor secreto, no quería que le sucediera lo mismo que Desdentao. Cuando empezaste con él quise contártelo pero estuviste ocupado con tu fama y decidí seguir manteniéndolo en secreto hasta el momento oportuno.

–¿Qué dragón es? Se parece al Furia Nocturna. –preguntó Chusco mirando al dragón.

–Es un Arena Fantasmal. Se dice que se entierra en la arena, pueden sentir los movimientos y las vibraciones de la arena permitiéndoles calcular el peso y tamaño de la víctima. También puede tirar fuego mezclado con esferas de arena endurecidas provocando un gran daño y quemaduras. Lo mejor, es que por las noches cambia sus escamas a unas de color negro con detalles blancos para camuflarse en el aire. –explicó Patapez emocionado por ver un Arena fantasmal por primera vez, mientras el resto lo veían sorprendidos por la cantidad de información que había dicho en unos segundos.

Más allá de lo desconocido (HTTYD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora