Capítulo 13

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1 año después...

Durante este tiempo, Eira y Astrid se habían dedicado a explorar varias islas y a liberar dragones que algunos tramperos cazaban por hobbie, para vender sus escamas o para peleas. Algunos de los dragones los enviaron a Mema para su recuperación y otros los dejaron en libertad, aunque a veces venían para pasar tiempo con ellas.

Freya se adaptó bastante bien en Mema y estuvo de aprendiz de Gothi para ser la siguiente curandera. No hacía falta decir que Mocoso intentó conquistarla en varias ocasiones provocando que la joven estuviera algo incómoda con él, sólo se detuvo hasta que Hipo interfirió y el joven dejó de insinuarse a Freya, pero en cambio comenzó a burlarse de que a Hipo le gustaba y no sabía como dar el siguiente paso con ella, pues ambos se notaban que se gustaban.

Eira, después de una larga charla con Astrid y Valka, habló con Estoico de cómo se sentía e hicieron las paces, ambos se extrañaban y prometieron dar lo mejor de ellos para volver a tener una hermosa relación de padre e hija.

–Entonces, ¿Cuándo os casaréis? –preguntó Estoico a ambas chicas, una noche que Eira y Astrid fueron a la isla para cenar.

–¿¡Cómo!?

Astrid exclamó sorprendida mientras Eira comenzó a atragantarse con con la sopa e Hipo tuvo que darle unos golpes en su espalda para ayudarla. Valka las miró con una sonrisa divertida mientras veía a su esposo e Eira se recomponía de su ahogamiento.

–¿Casarnos? –preguntó Eira sintiendo sus mejillas calentarse. –¿No es demasiado pronto?

–Lleváis 6 años de relación. Yo me casé con Valka cuando llevábamos 4 años de noviazgo. –dijo Estoico con una sonrisa. –No creo que debáis esperar más tiempo, nunca se sabe lo que puede ocurrir...

–Lo sé, padre. Pero hemos estado liadas con los tramperos y...

–¡Exacto! Es por eso que Hipo te relevará de tus incursiones a las islas que habéis encontrado. A menos de que Hipo quiera declararse a Freya, llevo 1 año viéndole babear pero no hace nada. En ese aspecto tú has sido más audaz, Eira.

–¡Padre! –gritó Hipo sonrojado.

–Bueno, todo a su tiempo, cariño. Deja a las chicas y a Hipo decidir cuándo será el mejor momento. –intervino Valka con una sonrisa cariñosa y Astrid le sonrió agradecida.

La cena terminó de forma calmada y en el camino de regreso Eira no dejó de pensar en lo que su padre había dicho. ¿Sería el momento ideal para casarse con Astrid? Eira miró a Astrid volar en Tormenta delante de ella y se quedó embobada por la forma en la que sonreía.

Sí, desde luego que se casaría con ella.

A la mañana siguiente Astrid regresó a Mema para ir a ver a Freya ya que debía darle unas hierbas medicinales que le faltaba a Eira, mientras la otra chica decidió dar un paseo con Reign como en los viejos tiempos.

Eira y Reign disfrutaban de su paseo cerca de una de las islas que habían explorado hace poco cuando escucharon varios gruñidos de dragones. Reign aterrizó encima de una colina y Eira observó como un grupo de tres tramperos estaban atrapando a dos dragones que se asemejaban a Desdentao pero de color blanco con alguna diferencia física. Reign gruñó y Eira sacó su espada ígnea, un regalo de Hipo por su 21 cumpleaños.

Reign se lanzó contra los tramperos mientras Eira se acercaba a las dos dragones con calma para quitarles el bozal de hierro que tenían en sus rostros y luego con su espada romper las cadenas con las que la tenían atrapadas. Uno de los tramperos se acercó a Eira con intención de atacarla pero Eira sacó ágilmente su espada, acabando con él en segundos. Los dos hombres restantes se marcharon asustados y Reing provocó dos tornados de arena para evitar que regresasen.

Más allá de lo desconocido (HTTYD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora