Capítulo 7 (Segunda película)

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4 años después...

El sol brillaba sobre isla Mema y la paz se respiraba en el ambiente, habían pasado cuatro años desde que Hipo y Eira hicieron historia en su aldea al acabar con el Muerte Roja, liberar a los dragones salvajes de su yugo y crear la armonía entre dragones y vikingos.

Ambos hermanos habían conseguido que las carreras de dragones se hicieran famosas y los más jóvenes eran los que participaban usando a las ovejas como pelota, aunque también se enfrentaban los adultos a modo de juego entre ellos cuando tenían tiempo libre.

Aquella mañana Reign fue la encargada de despertar a Eira, quién dormía plácidamente en su cama y despertó sin ningún problema llenándola de babas. La joven decidió dejarse el pelo largo y se lo ató en una trenza la cuál le llegaba hasta la cintura, ella había crecido bastante más que su hermano siendo la más alta del grupo, superando a Hipo y Astrid quiénes eran los más altos cuando eran más jóvenes.

–Buenos días. –saludó Eira a su padre y su hermano, quiénes estaban en la planta de abajo desayunando.

–Por fin te levantas. Ahora que estamos los tres es hora de que os anuncie algo que llevo pensando mucho tiempo. –dijo Estoico con una sonrisa orgullosa viendo a su hijo.

–¿Qué es papá? –preguntó Hipo mientras le pasaba una jarra con leche de yak a su hermana.

–Viendo que sois el gran orgullo de la aldea he decidido hacer algo que debería haber hecho hace tiempo, viendo vuestro progreso. –comenzó a decir Estoico viendo a ambos. –He decidido que Hipo sea el próximo jefe de la aldea.

–¿¡Qué!? –exclamaron ambos hermanos mirando anonadados a su padres.

–Padre, eso no puede ser. –negó Eira levantándose de la silla. Sabía que su padre tenía un hijo favorito pero no pensó que la dejaría de lado. –Soy más indicada para ser jefa que Hipo. Sin ofender.

–No me ofendo, pienso igual.

–Padre. –llamó Eira y Estoico la miró serio. –He hecho muchas cosas por la aldea y sus habitantes. Construí un establo para los dragones, diseñé las carreras y el circuíto, y doy clases de vuelo a los más pequeños que inician con sus dragones. Debería ser la jefa.

–Por mucho que me gustaría tenemos normas, Eira. Desde siempre ha sido el primogénito y varón el que ha sido el siguiente sucesor. Tú puedes ser su mano derecha mientras él gobierna, pero mi opinión no va a cambiar. Hipo será el siguiente jefe. –dictó Estoico con seriedad. Hipo le miró preocupado y Eira apretó los puños con fuerza. –Además, puedes ir terminando con Astrid, Hipo necesitará una gran mujer a su lado y Astrid es la mejor opción. Así que déjate tu tonto romance y deja que Hipo sea feliz con ella, sé que le gusta desde pequeño.

–¿¡Cómo has podido decir eso!? ¿Te estás escuchando? –gritó Eira abalanzándose sobre su padre pero Hipo la sujetó de los hombros para detenerla. –¡Hipo suéltame!

–No, debes relajarte. Sabes que no interferiría entre Astrid y tú. –le susurró Hipo a su hermana al oído, y luego miró a su padre. –Puedes proponerme como jefe. Pero no puedes ordenarle a Eira que termine con Astrid.

–Soy el jefe y puedo hacerlo. Sino lo haces tú, casaré a Hipo con Astrid aunque sea a la fuerza.

–¡Yo me largo! ¡Me tenéis harta! ¡Todos vosotros! ¡Reign!

Reign siguió a su compañera fuera de la casa antes de emprender el vuelo lejos de isla Mema. El nido de dragones se había convertido en un lugar de paz para Eira pese a lo que representaba el lugar situado a varias horas. Reign aterrizó en la playa mientras Eira se dedicó a gritar y tirar rocas al agua. Tras quedarse en silencio, Eira escuchó un gruñido proveniente del interior del volcán, ahora inactivo.

Más allá de lo desconocido (HTTYD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora