Capítulo 16

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Eira al abrir los ojos observó una gran cavidad formada por grandes y luminosas rocas que hacían deleitar la vista. Vio como Reign ahora brillaba de un color naranja con tonos negros al igual que la furia diurna, quién parecía tener extraños dibujos brillantes.

Reign comenzó a olfatear el aire y voló en otra dirección, hacia un gran descampado donde habían crecido extraños árboles que Eira no había visto nunca, y entre aquellos árboles observó una gran cabaña, algo que le extrañó dado que no había signos de que los vikingos hubiera conseguido llegar hasta allí. Al aterrizar, Eira ayudó a Artemisa a bajar y la pequeña agarró la mano de la joven al estar asustada.

–¿Qué será este lugar? –masculló Eira entrando con cuidado al interior de la cabaña.

Eira abrió la puerta revelando el interior intacto, habían una gran mesa llena de libros así como varios mubles de primeras necesidades, estaba prácticamente construido para poder vivir allí. Ambas caminaron por el interior con cuidado hasta que un libro llamó la atención de Eira, al cogerlo y quitarle el polvo observó que había un nombre escrito en él.

Dahlia.

–¡Mamá! –exclamó la niña sorprendiendo a Eira, quién la miró curiosa.

–¿Así se llamaba tu madre? –Artemisa asintió y Eira miró de nuevo el libro.

Al abrirlo observó que estaba repleto de todo tipo de información sobre dragones así como sus gustos, era como un manual completo. Entre las hojas vio una nota y al abrirla vio que era dirigida para Artemisa. Eira se la enseñó a la niña y ambas se sentaron en una de las sillas para leerla, Eira la leyó en voz alta debido a que la pequeña no sabía leer.

–Mi querida Arte, lamento mucho no haber podido estar más tiempo contigo y que Grimmel te vaya a tratar como un experimento en vez de como su hija. Intenté hacerle entrar en razón pero fue inútil, sólo me quedó la opción de enfrentarle aunque sabía que iba a perder. –Eira leyó en voz alta sintiendo como un nudo se formaba en su garganta. Artemisa le miró brevemente mientras Reign y Aria se sentaron junto a ellas. –Si estás leyendo esto significa que ya no estoy contigo, pero estoy segura que alguien te ayudará y te querrá mucho. Nunca dudes de tu don, es algo maravilloso lo que tienes y con él puedes ayudar a muchos, tanto dragones como humanos. Te dejo esta casa con el fin de que puedas vivir una vida en paz junto a los dragones. Te quiere, mamá.

Eira miró con cariño a Artemisa quién comenzó a llorar en silencio. No dudó en abrazarla y en susurrarle que estaría a salvo y que no estaba sola, algo que le gustó a Artemisa y abrazó con más fuerza a Eira. Estuvieron abrazándose hasta escucharon un ruido en el piso superior de la casa, Eira se levantó y sacó su espada mientras Reign junto a Aria rodearon a Artemisa para protegerla.

Por las escaleras comenzó a bajar un Ala Cambiante de color verde oscuro y con las puntas de las alas de un un color rojo. El dragón al verlos se posicionó en alerta y su mirada se fijó en la niña, quién chilló asustada. Eira quiso acercarse para tranquilizarle, guardó su espada y se acercó lentamente, pero el ala cambiante la golpeó con la cola lanzándola contra la mesa.

Reign se molestó y se acercó gruñendo al ala cambiante quién rugió también, Artemisa observó asustada como Eira se quejaba mientras se levantaba lentamente. Con valor, se acercó al ala cambiante extendiendo sus brazos para proteger a Reign. El dragón la miró fijamente y se acercó a ella mientras la olfateaba.

Eira pensó que el dragón la atacaría pero se sorprendió al ver como le lamía la cara. Reign dejó de gruñir y miró a su compañera igual de confundida que su mejor amiga humana. Artemisa rio divertida mientras acariciaba al dragón, Eira se acercó y observó la interacción con una sonrisa.

Más allá de lo desconocido (HTTYD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora