Capítulo 12

105 21 2
                                    

Una semana había pasado desde que Eira y Astrid abandonaron isla Mema. Eira guio a Astrid hacia la isla donde había estado viviendo con los dragones rescatados dado que en aquella isla había construido una pequeña cabaña con todo lo necesario. Patapez les había entregado algunas semillas, las cuáles plantaron en el huerto que Astrid quiso construir, y Eira guardó algunas hiervas medicinales en una pequeña habitación que tenían.

Los días estaban llenos de calma y también de entrenamiento, pues ambas querían seguir en forma y entrenaban todas las mañanas cuerpo a cuerpo; Astrid con su hacha y Eira con su espada. Mientras tanto Reign y Tormenta jugaban entre ellas hasta que Reign se cansó y se enterró debajo de la arena sorprendiendo a Tormenta, quién la buscó sollozando al no verla y Reign tuvo que aparecer nuevamente observando a la otra dragona acariciarla contenta de verla nuevamente.

Aquel día, Eira se encontraba sentada en la orilla de la playa mientras veía el atardecer junto a Reign, quién estaba tumbada a su lado. En sus manos tenía un largo pergamino de todas las islas que había visitado, a las que había ido les había puesto nombre pero habían muchas aún que no y la casilla donde ponía su nombre estaba vacía.

–¿En qué estás pensando? –le preguntó Astrid acercándose a ella y sentándose a su lado, mientras la veía con una sonrisa.

–¿Eres feliz aquí? –le preguntó Eira mirando de reojo a Astrid, quién se sorprendió por la pregunta. –En Mema tenías todo lo que necesitabas, y aquí...Siento que estás aquí por mi culpa.

–Oye, no. Deja de pensar que todo es tu culpa. Si estoy aquí contigo es porque quiero, estoy por voluntad propia. –le dijo Astrid con una sonrisa, y abrazó a Eira contra ella, sorprendiéndola. –Además, todo lo que necesito es a ti.

–Vaya, quién pensaría que serías tan romántica. –bromeó Eira tras varios minutos en silencio.

–¡Oye! –Astrid la golpeó en su brazo.

–Ahí está la Astrid que me gusta, siempre tan ruda. Me encanta. –ambas sonrieron hasta que Eira volvió a hablar. –Estaba pensando en visitar una de las islas que aún no hemos descubierto, está junto a la base de Drago, que ahora está abandonada.

–Podemos ir mañana temprano. Es un buen plan.

Por la noche, Reign y Tormenta disfrutaban de un pequeño banquete de pescado que Eira había pescado por la mañana. Mientras tanto ambas chicas cenarían una sopa hecha con caldo hecho de parte del pescado y algunas hiervas que Eira había recogido y que eran saludables. Luego de cenar se dirigieron a la cama de matrimonio que hizo Eira con ayuda de Astrid ya que anteriormente la cama era individual.

A la mañana siguiente ambas chicas desayunaron y después montaron en sus dragones para investigar una de las islas que tenían como desconocidas. Cuando se acercaron a la zona donde Drago tenía la base notaron como el ambiente aún era pesado, Eira aún podía recordar todo lo que vivió allí y lo que vio provocándole un escalofrío. Ambas se iban a marchar cuando Astrid llamó la atención de Eira ya que le pareció ver movimiento en el antiguo escondite.

–¿Estás segura de que has visto algo? –le preguntó Eira a Astrid cuando aterrizaron.

–Sí, por un momento me pareció ver algo. Será mejor investigar, no creo que sea un aliado de Drago que quiera buscar venganza.

Las dos chicas comenzaron a investigar la zona sin encontrar nada, Eira estuvo a punto de decir que lo mejor era irse cuando Reign la protegió de un rayo que iba dirigida a ella. Reign cayó al suelo gruñendo de dolor causando que Eira y Astrid sacaran sus armas y Tormenta estuviera en alerta mientras extendía sus alas.

Un skrill de color negro con zonas moradas apareció mientras gruñía de forma amenazadora. Eira y Astrid supieron que era un dragón bastante peligroso y del que tenían que tener cuidado, Reign se incorporó con dificultad para atacar si fuera necesario al igual que Tormenta. Con lo que ninguna de las dos se esperaba fue que una joven de pelo negro y ojos azules apareciera, mirase preocupada al skrill y se acercara a él para calmarle.

Más allá de lo desconocido (HTTYD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora