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Hipo llegó casi corriendo al lugar en el que el jinete y el dragón descendían. Al pisar el suelo el jinete de armadura blanca descendió de su dragón, recibiendo el apoyo del castaño y agradeciéndole por el amable acto.

— Gracias por volver— fue lo que salió sin querer de la boca del casi jefe.

— Si yo... dije que volvería.

— Debes estar cansado, vamos al comedor y después a descansar, mañana ayudaremos a Bocón, ¿te parece bien?— cuestionó

— Claro— respondió mientras ingresaban a los comedores.

Al día siguiente Jack fue el primero en despertar, pues alguien comenzó a tocar la puerta de la habitación

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Al día siguiente Jack fue el primero en despertar, pues alguien comenzó a tocar la puerta de la habitación. al levantarse observó a su lado viendo como el joven castaño dormía plácidamente, lo observó por pocos segundos pues otro golpe en la puerta lo hizo reaccionar. Al escuchar el nombre de su acompañante ser mencionado por la persona detrás de la puerta lo movió con cuidado tratando de levantarlo.

— Hipo, alguien te busca— Lo sacudió con algo de fuerza pero no logró su objetivo así que, creó un pequeño pedazo de hielo con el afán de despertar al otro, y lo logró, pues al este tener contacto con el cuello de Hipo dió un respingo por la sorpresa.

— Alguien toca — fue lo único que menciono aparte de una suave risa para después acurrucarse nuevamente en la cómoda cama.

Hipo con algo de pereza se terminó de levantar para dirigirse a la entrada de su habitación, al estar cerca reconoció la voz de su padre del otro lado, antes de abrir recordó que su padre era de las pocas personas que no sabia que Jack se encontraba vivo y ademas de eso en Berk. De forma rápida abrió la puerta para seguidamente cerrarla completamente.

— Hipo, ¿todo bien?— fue lo primero que mencionó el actual jefe por la rara actitud de su hijo.

— Si, es que hay cosas tiradas, pues chimuelo estuvo algo juguetón anoche.

— Está bien— respondió no muy seguro.

— Y, ¿qué te trae por aquí padre? 

— Ah si, tu madre y yo saldremos a un viaje, iremos a cerrar algunos tratos con algunos comerciantes y pensé que esta sería una gran oportunidad para que te acostumbres a esto de ser jefe, ya todos están informados así que no podrás escapar.

— Pero— suspiró — está bien, lo intentaré— respondió con un tono de resignación, pues sabía lo inútil que era discutir con su padre.

— Así se habla, bueno nos vemos, tardaremos un poco, así que no te preocupes— dijo a la distancia.

El castaño regresó a su habitación con un poco de molestia pero esta se esfumó al ver a la cabellera blanca descansar de forma tranquila. Con algo de pena fue a levantarlo, pues debían ir a ayudar a Bocón, y él específicamente encargarse de las necesidades de los habitantes.

Who Are You? •Hijack•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora