Ante la aparición de un nuevo villano, Hipo busca proteger a los dragones y a su pueblo, descubriendo una nueva especie de dragón y a un jinete misterioso con un aura un poco extraña
Pasaron un par de días en los cuales Hipo seguía la rutina de su padre, pues este aún no regresaba, por otra parte Jack ayudaba a Bocón por la ausencia del castaño en la herrería, no hacía mucho, pero al menos se sentía útil.
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Todo estaba tranquilo en su trabajo, Bocón casi siempre lo ponía a acomodar las armas nuevas en los lugares vacíos, pues según el era el trabajo mas tranquilo que podía darle, todo iba bien, hasta que en un momento sintió un mareo atravesar su cuerpo provocando que soltara las cosas que tenía en las manos llamando la atención del mayor, quien rápidamente llego a ayudarlo.
— ¿Te encuentras bien? ¿no te hiciste daño?— le preguntó mientras le ayudaba a levantarse.
— Si... solo tengo algo de calor, ¿podría ir a refrescarme un momento?, por favor— pidió.
Su permiso fue concedido y con algo de dificultad salió del lugar y bajó a los muelles, pues era el lugar más cercano y vacío en el que podía estar. Al llegar se inclinó al agua para poder tocarla y liberar un poco su poder.
— Que extraño, nunca me había pasado esto, debería tener mas cuidado— dijo para si mismo de forma baja, cuando se levantó para irse vió un par de barcos acercarse a la isla, sin mucha confianza corrió de regreso al lugar para avisar lo que había visto.
— Disculpe— soltó para llamar la atención del mayor y al mismo tiempo del invitado extra en el lugar.
— ¿Te encuentras mejor Jack?— fue lo primero en mencionar. Hipo quien había llegado hace poco los miró con algo de duda.
— Sí, gracias solo ocupaba algo de aire.
— ¿Ocurrió algo malo?— el castaño por fin habló haciendo notar su presencia.
— Jack se sintió mal mientras acomodaba algunos cuchillos, pero al parecer ya está mejor— contestó.
Con algo de preocupación se acerco al albino para examinar qué se encontrara bien.
— ¿Seguro que está todo bien?, ¿no te cortaste o algo? podemos ir con Gothie sí gustas.
— Gracias, pero estoy bien, solo no me agrada tanto el clima caliente es todo.
— Está bien, pero si te vuelves a sentir mal te llevaré aunque no quieras.
Jack solo asintió y recordó lo iba a informar desde un inicio.
— Yo venía decir que unos barcos se acercan a la isla, creo que les gustaría saberlo— soltó.
Hipo y Bocón se miraron con algo de duda, decidieron salir para ver de que se trataba. Al estar los tres fuera vieron los barcos llegando al muelle, cuando iban a dirigirse a ellos dos dragones aterrizaron en cerca de ellos. Hipo y Bocón los reconocieron al instante, Bocón quien estaba más cerca de Jack lo colocó detrás de él para comenzar a retirarse de forma lenta.
— Papá, regresaron— Fue lo único que pudo mencionar, pues no se esperaba su regreso tan rápido.
— Sí, para nuestra fortuna los comerciantes no se encontraban tan lejos, ademas debía asegurarme que la aldea se encontrará aún en el mapa— dijo con algo de gracia — ¿a donde va Bocón? y ¿por qué va de espaldas?
— Él... dejó una espada en el fuego y fue a revisarla— inventó
— Ok, ¿y como te fue? no quemaste nada mientras no estuve ¿verdad?
Hipo se preocupó, pues se papá comenzó a avanzar a la herrería donde tenían oculto a Jack.
— No, todo está como lo dejaste— respondió — padre, podemos hablar un momento— dijo mientras lo jalaba del brazo para que dejara de avanzar.
Por otro lado Jack era prácticamente empujado dentro del lugar, con algo de duda miró al mayor intentando obtener alguna respuesta la cual no fue obtenida. Bocón soltó un suspiro al notarlo, iba a inventar alguna excusa cuando escuchó la puerta abrirse. Volteó rápido ocultando nuevamente al menor, pero se tranquilizó al ver a Valka ahí.
— Bocón, ¿y Estoico? me dijo que iba a bajar pero no ha llegado.
con alivio Bocón dejó de ocultar al chico para contestar, pues con ella no había ningún problema, ya que no conocía la historia.
— Está hablando con Hipo, en cuanto terminen yo mismo le diré que vaya.
— Gracias, oh, hola Jack, no te había visto — saludó
— Hola — respondió con algo de vergüenza
Regresando a la plaza, Hipo terminaba de contar algunas cosas mientras era escuchado por su padre.
— A ver si entendí, dices que el vikingo que juraste ver morir porque cayó a un lago congelado no está muerto y no solo eso, también perdió la memoria y cambiaron algunas características de el—
— Sí, ademas es un jinete y su dragón es muy parecido a chimuelo— agregó y esperó alguna respuesta la cual nunca llegó, solo escuchó una estruendosa carcajada.
— Veo que te afectó mucho el liderar la aldea, tranquilo se te pasará— dijo mientras le daba palmadas en su espalda.
— No, esta vez créeme, por más raro que suene, es mas, te lo mostraré— Estoico fue jalado con dirección a la herrería. Al llegar ingresaron bajo la mirada de las tres personas dentro. Estoico abrió los ojos con una gran sorpresa.
— ¿Es real..?
— Lo es Estoico, es raro pero lo es— respondió el segundo mayor.
Jack solo observaba con curiosidad a todos esperando alguna respuesta por su forma tan extraña de actuar.
— Hipo, puedo hablar contigo afuera— el castaño ni pudo responder, pues su padre lo estaba casi arrastrando fuera del lugar.
— ¿Qué acaba de pasar? ¿lo que ví es real?
— Lo es, pero el no recuerda nada de lo que vivió en Berk, también es más desconfiado de lo que era, así que la idea de contarle no es la mejor.
— ¿Cuánto tiempo lleva aquí?—
— Seguido desde que se fueron, pero ya había venido un par de veces más, de hecho el te ayudó cuanto los cazadores te hirieron—
— Cómo es posible que no me haya dado cuenta— frotó su cara con frustración — ¿el pueblo ya lo sabe?
— Sí, les pedimos guardar el secreto, ¿tú podrías guardarlo?
— Hipo... sé que le tienes mucho aprecio, pero la verdad saldrá a la luz, recuerda que pasó cuando ocultaste a Chimuelo.
— Si, lo sé, prometo que nada malo pasará, el secreto será temporal— su padre lo pensó por un momento.
— Está bien, pero a cambio tendrás que cumplir con tus tareas como futuro jefe sin poner excusas— Hipo suspiró y aceptó.
— Bueno, ve por todos, debemos ir con los comerciantes, y dile a Bocón que acomode algún lugar, pues se quedarán algunos días— dijo para después alejarse del lugar.