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— Bueno, creo que es momento de regresar, vamos— mencionó el menor y le ayudo a levantarse a su compañero.

La noche ya estaba presente y tardarían un poco para estar de vuelta en Berk. Todo era silencioso, solo lograban escuchar el aleteo de los dragones, Jack iba algo cansado por todas las emociones vividas, pero a pesar de ir cabeceando se negaba a quedarse dormido. El castaño volteo a verlo después de que este casi se fuera de lado, con cuidado hizo que Chimuelo quedara lo mas cercano a Copo, casi debajo de ella, con la intención de hablar con el albino y que este lo escuchara.

— Gustas venir conmigo, así podrás descansar un poco— dijo mientras le extendía su mano. Jack lo pensó como pudo, pues el cansancio le estaba ganando, terminó aceptando la oferta, Hipo lo ayudó a pasarse a su dragón, lo colocó frente a el, pues así no tendría riesgo de caer. Jack se acurrucó y al poco tiempo se quedó dormido. El castaño observaba la calma que el albino transmitía al dormir, eso hasta que sintió una mirada sobre el, al buscarla se encontró con un dragón blanco que lo miraba con notable molestia.

— Tranquila, no te lo voy a quitar, o por lo menos todavía no— al ver a la dragona mucho más molesta solo pudo reír bajo, pues no quería despertar al más bajo.

Un rato después llegaron a su destino, con algo de pena Hipo tuvo que despertar a Jack para que pudieran ir a su casa.

— Ve a la cama, yo llevaré a Copo y a Chimuelo a los corrales— recibió un asentimiento y lo vio alejarse a paso lento.

Al terminar de atender a los dragones se dirigió a su casa para poder descansar y tal vez analizar todo lo vivido.

Habían pasado algunos días, Jack e Hipo mantenían su rutina de ayudar a Bocón en la herrería, aunque a veces Hipo debía de ir con su padre a cumplir con sus tareas

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Habían pasado algunos días, Jack e Hipo mantenían su rutina de ayudar a Bocón en la herrería, aunque a veces Hipo debía de ir con su padre a cumplir con sus tareas. Los vendedores ya no se encontraban en Berk, por lo que algunos habitantes los escoltaron para que lograran llegar a salvo.

Esa tarde todo iba bien, o al menos para la mayoría que habitaba la isla a excepción del de cabellos blancos, por alguna razón tenía una sensación rara. La tarde llegó de forma rápida, su trabajo terminó, así que fue a atender al par de dragones que intentaban llevarse bien. Los alimentó y les dio una sesión de caricias, eso hasta que sintió a alguien abrazarlo por la espalda mientras frotaba si nariz en su mejilla.

— Yo también merezco caricias, tuve un día agotador— exigió mientras frotaba nuevamente su rostro contra la mejilla del contrario.

— Hipo, tu cabello hace cosquillas— soltó una risa baja mientras trataba de alejarlo.

Segundos después ambos se separaron, pues escucharon un ruido no tan lejos, poco tiempo después Astrid apareció en el campo de visión de ambos chicos, esta al notar a Hipo se acercó rápidamente.

— Hipo, ¿podemos hablar? — el castaño asintió, antes de alejarse le dijo a Jack que preparara a los dragones para der un vuelo, quien no puso objeción y se dirigió a la cabaña por sus cosas.

Who Are You? •Hijack•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora