7: 'visions'

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Acampamos en el bosque, a unos cien metros de la carretera principal, en un claro que los chicos de la zona al parecer utilizaban para sus fiestas. El suelo estaba lleno de latas aplastadas, envoltorios de comida rápida y otros desechos.

Habíamos sacado algo de comida y unas mantas de casa de la tía Eme, pero no nos atrevimos a encender una hoguera para secar nuestra ropa. Las Furias y Medusa nos habían proporcionado suficientes emociones por un día. No queríamos atraer nada más.

Decidimos dormir por turnos. Yo me ofrecí voluntaria para hacer la primera guardia, tampoco es que disfrutara mucho de los sueños. Annabeth se acurrucó entre las mantas y empezó a roncar en cuanto su cabeza tocó el suelo. Grover revoloteó con sus zapatos voladores hasta la rama más baja de un árbol, se recostó contra el tronco y observó el cielo nocturno.

—Duerme —le dije—. Te despertaré si surge algún problema.

Asintió, pero siguió con los ojos abiertos.

—Me pone triste, Astoria.

—¿Haber visto a tu tío?—pregunte.

—No solo eso. Esto es lo que me entristece—señaló la basura del suelo—. Y el cielo. Ni siquiera se pueden ver las estrellas. Han contaminado el cielo. Es una época terrible para ser sátiro.

—Duerme un poco, Grover—le dije—. Yo recogeré la basura mientras tanto.

—Gracias, Tori.

Pero no se durmió. Suspire y volví a preguntar:

—¿Algo más que te ponga triste?

—Es que... ver a mi tío...—empezó a decir—. No me sorprendió demasiado, tengo más que claro que ningún sátiro vuelve de la búsqueda de Pan. Pero pensar en que si consigo mi licencia, eso podría pasarme a mi.

—Eres un sátiro muy valiente, Grover—traté de consolarlo—. Estoy segura de que te irá de maravilla.

—Si que eres una buena persona, Astoria. Gracias.

Finalmente se quedó dormido y yo cumplí mi promesa.

Mientras recogía toda la basura me puse a pensar en mis visiones. Cada vez eran más frecuentes y aterradoras. Ver a Luke traicionando a Percy. Verlo a él mismo años después simplemente contemplándome sufrir.

Era demasiado. Demasiado incluso para mi.

Me senté en una roca mirando el dibujo de Thalía. Me daba rabia ver a Luke allí. Quería agarrar un fósforo y quemar a su versión papel. Pasaron algunas horas y Annabeth se despertó. Me miró preocupada y luego dijo:

—¿Te encuentras bien?

—De maravilla—forcé una sonrisa.

—¿Que hora es?

—No se, deben ser como las 4 de la mañana.

—¡Astoria!—me regañó—. Teníamos que tomar turnos para dormir, no que tú te quedarás toda la noche despierta y nosotros durmiéramos como ángeles.

—Lo siento.

No la mire. Annabeth me conocía casi tan bien como yo misma, y sabía que ocultarle algo era difícil, más si es que ella lograba descifrar mi mirada.

—Bien, ¿me vas a decir que te sucede?

—No quiero dormir, eso es todo.

—Tuviste una visión—dijo—. Cuando volviste de la escuela mortal. Has estado actuando extraño desde entonces.

No respondí.

—¿Quieres decirme de que?—se acercó y se sentó a mi lado.

—Sabes que no puedo.

Hades' child; sometimes lucky Donde viven las historias. Descúbrelo ahora