Capítulo 8

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Al llegar a la sala de obstetricia, noto que es muy diferente a la sala de urgencias. Las paredes están pintadas en suaves tonos pastel y hay diversos estantes llenos de información sobre fertilidad, lactancia, y alimentos que se deben evitar durante el embarazo, entre otros temas. Miro a mi alrededor y veo que la mayoría de las mujeres están acompañadas por lo que supongo son sus parejas. Algunas lucen grandes barrigas mientras que otras tienen panzas más pequeñas, pero todas comparten una sonrisa, a pesar de que algunas se quejan del dolor de espalda.

—      ¿Puedo ayudarle en algo? —me pregunta la recepcionista cuando llega mi turno.

—      Tengo una cita — le respondo, entregándole mi carnet—. Con la doctora Garza.

La recepcionista asiente, toma nota de algunos datos y me indica que tome asiento. Agradezco la atención y me siento, sintiendo una leve nerviosidad. Mis manos tiemblan un poco, así que saco mi teléfono para avisarle a Clara que estoy bien. Al revisar el dispositivo, me encuentro con casi 200 mensajes de Mateo que no me he atrevido a leer.

—      Lo siento —dice Lucas llegando junto a mi algo agitado— me perdí en el estacionamiento y luego me perdí también al intentar encontrar esta área.

—      Tranquilo —le digo sacando mis cosas de la silla junto a mi para que él se siente— acabo de ingresarme.

Él asiente y se sienta junto a mí, intentando recuperar el aliento. Después de enviarle el mensaje el día de ayer, me sorprendió recibir una respuesta tan rápida, pero me alegré. Aunque Clara insistió en acompañarme, decidí que no lo hiciera, ya que hoy debía presentar un proyecto importante en su trabajo y no quería que todo su esfuerzo se viera afectado por mi situación.

—      Noviembre Ortega —escucho mi nombre, y me levanto del asiento como si tuviera resortes.

Detrás de mí, Lucas camina con una mano en mi espalda, dándome apoyo. Agradezco su gesto y noto cómo murmura repetidamente "todo saldrá bien" en voz baja, pero lo suficiente para que lo oiga, lo que me saca una sonrisa. La doctora Garza, una mujer de mediana edad con una expresión amable y serena, nos recibe. Después de un breve saludo, nos invita a sentarnos frente a su escritorio mientras revisa algunos papeles.

—      Bueno, Noviembre —comienza la doctora con una expresión tranquilizadora—, sé que este momento puede ser confuso, pero estoy aquí para ayudarte. Me gusta ver que las parejas combinan su ropa.

Al escuchar esto, tanto Lucas como yo nos miramos sorprendidos. No nos habíamos dado cuenta de que estábamos vestidos prácticamente igual: jeans azules, una camiseta blanca y un abrigo color café, ya que el viento de la mañana, a pesar de ser primavera, ha sido traicionero.

—      No lo había notado —digo con una sonrisa.

—      Yo tampoco —dice Lucas, enseñando su hoyuelo en la mejilla izquierda.

—      Pensé que se habían puesto de acuerdo —dice riendo—. Bueno, en tu ficha el doctor que te vio en urgencias anotó que no sabías que estabas embarazada, así que entiendo que todo esto debe ser bastante abrumador.

Asiento, y la mano de Lucas toma la mía, que está reposando sobre mi pierna, y empieza a acariciarla, lo que me sorprende.

—      Estoy un poco sorprendida —le comento—. Nos conocimos en una boda y ahora estamos aquí —añado, tratando de tomarlo con humor.

—      Lo bueno es que estas aquí —le dice la doctora a Lucas— Noviembre querida, recuéstate aquí. Vamos a hacer una ecografía para ver el estado del embarazo, y luego podremos discutir tus opciones y lo que quieras hacer.

Planificando SentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora