El teléfono sigue sonando, su vibración resonando en la quietud de la habitación. Lucas está parado frente a mí, la tensión en su rostro es evidente. Su dedo duda sobre la pantalla, como si estuviera evaluando si debe o no contestar. Finalmente, se aparta de mí con una sonrisa algo nerviosa, como si quisiera desviar la atención de algo que se está volviendo incómodo. Con una mirada furtiva hacia mí, se aleja hacia el balcón, sin decir una palabra más.
— Voy a tomar esta llamada —dice con tono casual, casi forzado, mientras se acerca a la ventana del balcón.
Observo en silencio, sintiendo cómo la incertidumbre se apodera de mí. Mi corazón late con fuerza mientras lo veo apoyarse en la barandilla del balcón, y me pregunto qué estará pasando. No puedo evitar sentir una sombra de inseguridad en mi pecho, pero decido mantenerme quieta, sin mostrarlo.
Desde la ventana entreabierta, escucho fragmentos de su conversación. Su voz es baja, tranquila, y a veces se ríe, respondiendo con una familiaridad que me incomoda. Hay algo en su tono que cambia de repente, un destello de complicidad que me hace sentir incómoda. Mi estómago se revuelca, mientras una pequeña risa se escapa de sus labios. Lo que me inquieta es la facilidad con la que se relaja al hablar con esa persona, como si me estuviera excluyendo de algo importante para él.
Me acerco a la puerta del balcón, y la escucho hablar, pero Lucas, al parecer, no espera lo que le dicen, y su expresión cambia. Él responde, más serio, con una ligera confusión en sus ojos.
— ¿De verdad? —dice, su voz suena algo desconcertada, y puedo ver cómo sus ojos se entrecierran, como si estuviera procesando algo que no esperaba.
Lo que sea que le haya dicho la persona al otro lado de la línea lo ha alterado. La confusión se dibuja en su rostro, y sin querer, me siento atrapada en esa incertidumbre que lo rodea. La conversación dura unos segundos más, hasta que Lucas, con un suspiro, cuelga el teléfono y se da la vuelta.
Con un leve movimiento de cabeza, Lucas se aleja hacia la puerta del balcón, sus pasos rápidos y firmes. Su rostro, antes relajado, ahora refleja una ligera tensión, y noto cómo su mandíbula se aprieta, como si estuviera conteniendo algo.
— Noviembre —dice, buscando mis ojos con una mirada que denota preocupación.
Me quedo quieta, sin saber qué hacer. La tranquilidad que había llenado el lugar se desvanece, y una nueva tensión se cuela en el aire, palpable en su postura.
— Una amiga...—su voz vacila un poco al pronunciar la última palabra— Me acaba de avisar que ya está en la portería. No sabía nada de esto, pero... nos acompañará. ¿No te molesta?
Me quedo en silencio por un momento, tratando de procesar lo que acaba de decir. Al final, intento mantener la calma y responder con una sonrisa ligera.
— No —respondo, intentando sonar más tranquila de lo que realmente me siento— Todo está bien. Si es tu amiga y vino a verte, no la hagas esperar.
El sonido del timbre me sorprende, y me doy cuenta de que Andrea ha llegado. Lucas, aún con la tensión en su rostro, camina rápidamente hacia la puerta, sin dejar de mirarme brevemente, como si intentara leer mi reacción. Abre la puerta y, en un abrir y cerrar de ojos, una figura femenina aparece frente a él.
Antes de que pueda reaccionar, Andrea lo abraza con fuerza, como si estuviera feliz de verlo. La sorpresa me recorre el cuerpo y, al mismo tiempo, noto cómo Lucas se tensa bajo el abrazo. Con una leve incomodidad, él se separa suavemente de ella, pero no sin cierta vacilación.
— Andrea... —dice Lucas, su voz algo nerviosa, pero firme— Te presento a Noviembre. Mi novia.
La sorpresa en el rostro de Andrea es inmediata. Sus ojos se abren de par en par, y un parpadeo rápido indica su desconcierto. Se detiene un segundo, claramente procesando la información, antes de recuperar su compostura.
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Planificando Sentimientos
RomanceNoviembre Ortega tiene bien definido su camino, como organizadora de bodas, su habilidad para mantener todo bajo control es su mayor fortaleza. Sin embargo, tras el dolor de un amor no correspondido, encuentra consuelo en los brazos de un desconocid...