17

60 8 4
                                    

Alexander sostuvo los hombros de Percival, separándolo con cuidado antes de que el contrario lograra abrazarlo por el cuello.
-

Joven Percival, dudo que eso sea apropiado- Expresa con calma, mirandolo a los ojos.
El rostro de Percival era ilegible, parecía procesar las acciones de Alexander, ¿Qué había hecho mal?
-Yo...- Su mente intentaba conectar otra vez, parecía ridículo pero, de verdad estaba en shock -¿No te gusto?
Una pequeña risa salió de los labios de Alexander, quién acercó sus manos hasta su mejilla sin lastimar, su tacto era suave.
-Usted es atractivo, eso es cierto, pero, no es correcto que vaya a tener este tipo de interacciones con cualquier persona, usted merece el bien, y así sólo se está destruyendo- Percival mordió con algo de fuerza el interior de su mejilla, escuchando en silencio.
-¿Por qué haces esto?- Su voz sale susurrante, observandolo con los ojos cristalizados.
-¿A qué se refiere?- El mayor sigue acariciando su rostro.
-Rechazarme, decir esas cosas...- Su voz se entrecorta, sentía sus latidos aumentar, su mente parecía apunto de  desconectarse.
-Lo respeto y aprecio- Expresa con calidez, apartando el cabello del rostro contrario -Si me negué a ese beso, fue por eso, porque no quiero contribuir a que te destruyas, ¿A quién crees que enviaba el señor Grindelwald a buscarte a esos burdeles? Cuando acababas inconciente en alguna de esas camas, sé que tan roto estás y no quiero contribuir a ello-Lágrimas bajan por los pómulos de Percival, su labio tiembla mientras su mente estalla en amargos recuerdos.
-Basta... Por favor- Su vista se nubla, intentando alejarse del cuerpo contrario.
-Está bien... Todo está bien- Le susurra cerca del oído, colocando sus manos en su cabeza y espalda, acercandolo con cuidado en un abrazo sincero.
-Yo... No quiero seguir así... Me siento sucio... Pero, sólo cuando hago esas cosas me siento...- Las palabras se detuvieron en el aire, suspiró entrecortadamente mientras correspondía el abrazo, ocultando su rostro en el pecho contrario, dejando que su dolor saliera en forma de lágrimas.

...

Percival entró con pasos firmes al Salón principal del Castillo Nurmengard, mirando a todos de reojo mientras se posiciona junto a su padre, su rostro pálido con los ojos hinchados y la mejilla moreteada.
-¿Acaso no sabes hacer un hechizo limpia-heridas? Percival- Dice el albino con voz estricta.
-Usted me hizo esto, así que no me sanaré yo- susurra mientras aparta su desordenado cabello de su rostro, no se había molestado en arreglarse.
-Gracias, mis amigos y amigas por asistir a esta reunión... Les quiero comunicar, hace unos minutos ha llegado información valiosa a mi poder... -
-Todo se irá a la borda si no me comportó... No debí hacer eso con Alexander, me expuse, lloré... Merlín que vergüenza- Pensaba Percival mientras mordía sus labios y su mirada se perdía al frente -Tengo que manipularlo... Tal vez lo que pasó no sea tan malo, podría sacar provecho de eso, la lástima es molesta pero útil en algunos casos-
-Estás de acuerdo con eso, ¿Verdad, Percival?- El nombrado se sobresaltó ligeramente, viendo a su padre.
-Sí, sí claro- dice inmediatamente mientras vuelve a la realidad.
-Muy bien, te coordinarás con Smith más tarde- Percival frunció el seño, confundido ante aquellas palabras, ¿Qué tenía que hacer?
El menor en la sala caminó con pasos firmes hasta el de cabellos atezados, abrazando su brazo y saliendo de la habitación.
-¿Qué fue lo que dijo?- Le susurró una vez estuvieron afuera.
-¿Otra vez disociado? Joven Percival- Comentó Alexander mientras sonríe y observa de reojo al más bajo.
-Intento no hacerlo- Suspiró y soltó el brazo contrario, riendo -Soy un caso perdido, ¿No?- Ambos se detuvieron en la salida del Castillo.
-No, no lo es, sólo necesita algo de determinación. Tendremos que investigar a algunas personas, al parecer el señor Grindelwald encontró a alguien que posee información sobre las Reliquias de la muerte- Percival gimoteó y acomodó su cabello de manera inconciente.
-Entonces sólo secuestrarlo, bueno, otra alma en desgracia que tendrá que pasar por esas torturas... Espero no tener que hacerlo yo de nuevo, no me gusta para nada... Alexander- El nombrado se acercó un poco más, sabía que le tenía que decir algo.
-¿Qué necesita?- Le pregunta mientras alza una de sus manos hasta la cabeza de Percival, peinando levemente sus cabellos.
-A veces es me asusta que me conozca tanto... Mira, necesito ir donde un amigo de urgencia, pero, mi padre no me dejará ir, obviamente, así que necesito que me cubras- Sus palabras salen de manera automática, sin pensarlo mucho.
-Lo haré con gusto mientras no sea para...- Percival rodó los ojos y colocó una mano en su cintura.
-Debería confiar un poco más en mí- Sonrió mientras lo interrumpía.
-Usted irá a hacer un plan para poder traer a esas personas con rapidez- dice posteriormente de dar una pequeña palmada sin fuerza en su frente.
-Gracias- Dice mientras besa su mejilla y corre a la salida, usando aparición.
...
Tambaleándose se sostuvo la cabeza y miró al frente.
-Ahh... ¿Por qué no me acostumbro? Mi cabezaa- Se queja mientras camina hasta el gran castillo frente a él -Daría lo que fuera por haber estudiado aquí- Pronto presura el paso con emoción.

𝔓𝔞𝔠𝔱𝔬 𝔡𝔢 𝔖𝔞𝔫𝔤𝔯𝔢 (Grindeldore) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora