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-Disculpen pero, tengo una duda, ¿Esos poderes ya son de nacimiento? Las visiones tienen explicación pero, los magos no tenemos habilidades con la sangre y esas cosas- Interviene Newt observando a Percival, había escuchado todo con mucha atención.
-Bueno, la verdad no sé por qué tengo esto, siempre he intentado investigar pero, no puedo ir a Gringortts para pedir mi árbol genealógico, así podría ver si alguien más tenía estos poderes, o si es algún hechizo- les explica en voz un poco baja, como si no quisiera que lo escucharan -Como dije, mi cuerpo está defectuoso, siempre he sido muy débil, en sentido de que al tener una especie de mezcla de magias, mi cuerpo contiene un poco y lo demás lo expulsa, haciéndome daño, es como las adicciones o las autolesiones, sabes que te hace mal pero no puedes dejar de hacerlo, en mi caso, de manera involuntaria- dice desabrochando su camisa, mostrando algunas marcas negras en su pecho, eran como grietas.
-Pero... ¿Cómo es posible esto?- murmulla para si mismo Dumbledore, sintiendo como si hubieran lanzado un Aguamenti sobre él, su corazón se apretó -Tiene que haber solución, solo se necesita la información suficiente- Percival se estremeció en un escalofrío, cerrando los ojos.
-Acabo de recordar que... Hace algunas horas toqué... Bueno, intenté tocar una joya, sé que tiene magia pero no sé exactamente como funciona pero, al estar cerca de ese colgante, sentí como si mi magia se dividiera, sentí alivio...- Albus se aclaró la garganta, inclinándose unos centímetros.
-Creo que... Podríamos ayudarte, ¿Crees que te puedas quedar con Newt unos días?- Cuestiona con algo de esperanza.
-Lo dudo, puedo hacerlo pero, me vendrán a buscar, y no creo que les guste ver eso- Percival le enseñó la palma de su delicada mano, tenía una cicatriz, que se encontraba roja, como si estuviera recién curada -Mi padre está enojado- Si mano tiembla, siente dolor en su mano -Creo que debería irme ya, después de todo, no le pedí permiso para salir- Percival volvió a bajar la manga de su camisa, se levantó con cuidado de la silla de. Terciopelo, seguido de ambos hombres restantes.
-Seguiremos en contacto- Le dice Newt con una leve sonrisa, viendo hacia otro lado.
-¿Tendrá... Algún problema?- piensa el cobrizo, notando que el pelimarrón nunca lo había visto a los ojos -Sí, vendré cuando pueda, fué un placer conocerlo, profesor Dumbledore- dice dando una pequeña inclinación de cabeza.
-Igualmente, joven Percival, por favor, cualquier información nueva, me informa lo antes posible- Dumbledore caminó hacia ellos, tenía que dar clases, aunque por ahora, no saldría de ahí.
Percival y Newt salieron, despidiéndose una vez más de él y cerró la puerta, recostandose un poco en la pared, cerrando los ojos con fuerza, una ola de recuerdos lo atacó -Ese chico... Es él, tiene que serlo... Después de tantos años, tengo una oportunidad de arreglar mis errores- El mayor dirigió su mano para frotar sus párpados, se sentía algo mal.

A las afueras de Hogwarts se encontraban Percival y Newt, no sabían muy bien como despedirse.
-Yo... Tengo que ir a mi casa, veré si puedo venir después- exclama Percival mientras pone su mano en su corsé, lo había apretado un poco más de lo que estaba acostumbrado.
-Claro, también puedes mandar cartas, no hay problema, nos vemos luego- El Scamander menor usó aparición, dejando solo al cobrizo, quien empezó su temblar levemente -Espero que no esté muy enfadado- susurra con algo de temor, apareciendo en Nurmengard, entró con algo de rapidez, ignorando a los seguidores de su padre que intentaban hablarle, entró y rápidamente vió a su padre h acercarse a él con enojo, su rostro estaba inexpresivo, más sus ojos lo delataban.
-¿En dónde demonios estabas?- Lo interroga con algo de brusquedad, esto era malo.
-E-en Londres- le responde inmediatamente, Percival podía ser muy arrogante, más ese hombre siempre le había intimidado - Fuí a Londres, estaba algo... Sofocado- No habían excusas que poner, solo intentaría ocultar algunas cosas.
-¿Y con qué permiso sales de aquí para ir a Londres? Que estés "sofocado" no implica que tengas que ir hasta allá, ¿Qué intentas ocultarme?- El tono de voz de Gellert lo hizo retroceder un poco, sus manos estaban temblando.
-Tal vez solo quiero estar lejos de tí- Susurra Percival con los puños apretados.
-Vuelve a decirlo- Dice Gellert entre dientes, su paciencia se había acabado.
Percival se quedó quieto, sin decir nada, intentó irse cuando sintió algo impactar en su mejilla derecha, casi cae al suelo, se tocó el lugar golpeado y miró a Grindelwald con miedo, le había golpeado, su padre lo abofeteó.
-¿P...Por qué?- dice con la voz quebrada, sintió un sabor a sangre llegar a sus labios y salió corriendo a su habitación con lágrimas en sus ojos.

𝔓𝔞𝔠𝔱𝔬 𝔡𝔢 𝔖𝔞𝔫𝔤𝔯𝔢 (Grindeldore) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora