Desesperación

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Weiss miró a su madre, notando que estaba algo pálida. De seguro estaba enferma o algo.

Ella era Willow Schnee, la verdadera heredera de la familia al ser la Schnee por sangre y no por apellido.

Willow es una mujer de piel clara con ojos azul pizarra. Lleva el pelo blanco recogido en un moño, en la parte baja del lado derecho de la parte posterior de la cabeza, mientras que el flequillo se forma alrededor del lado izquierdo de la cara y un pequeño mechón de pelo rizado que llega casi hasta los hombros.

Lleva el pelo recogido en una coleta baja sobre el hombro izquierdo. Su atuendo consiste en una corbata blanca asegurada por un broche de plata engastado con una piedra roja, así como una chaqueta de color púrpura claro con mangas ligeras, un cinturón ancho alrededor de la cintura, una falda lápiz a juego con medias y zapatos negros.

-Madre...

-Ha pasado tiempo Weiss. Dos años, si no mal recuerdo. - Lo dijo con un tono algo triste. - Has crecido... En varios sentidos.

-Sabes que no vine a hablar de...

-Si, sé que no. Vienes a ver lo de tu padre. ¿no? - La mano de Willow en la copa tembló, como luchando contra el impulso de alzar el objeto a su boca, algo que Weiss notó. - Es de esperarse.

-¿Estás bien? - Weiss se acercó a su madre con un tono de preocupación y la mujer negó.

-El impulso sigue ahí. ¿Sabes? El deseo de beber... Aunque me juré no hacerlo. Mírame, temblar por solo luchar contra el impulso... - Willow dejó la copa de vino en el escritorio con fuerza. - Odio esto.

Weiss miró a su madre, no entendiendo el cambio. Su madre no...

-¿Y ese cambio?

-¿Qué? ¿Crees que tu madre no puede cambiar?

-Yo no...

-Lo sé... Lo siento, pero es que... Estoy furiosa... Conmigo, con tu padre... Con una amiga que tras años, veo un mensaje que me mandó y tenía ahí, solo para que eso me despierte. Siempre fue... muy estúpidamente noble.

Weiss pareció entender a la vez que su madre soltaba aire, como tratando de calmarse.

-Mamá, yo...

-Tu padre ha puesto claves en la computadora. Pero tiene puntos ciegos. - Willow le dio su Scroll.

Weiss miró lo que era la imagen en video y que mostraba la espalda de su padre en el escritorio, así como la contraseña.

-¿Pusiste cámaras?

-Los puse en cada habitación de esta casa, por nuestra seguridad, en caso de que alguna vez necesitara... - Willow negó con la cabeza. - No viniste a quedarte, ¿no?

-No.

-Bien. - La mujer en eso notó la mano de su hija y lo que estaba en su dedo. - ¿Un anillo?

-Si. - Weis vio con una sonrisa dicho objeto. - Me lo dio alguien muy especial para mí.

-Oh... Entiendo. - Willow no pudo evitar sonreír amargamente. Malos recuerdos llegando...

-Deberías conocerlo, tengo la certeza que le caerás bien.

-Quizás luego. Primero lo primero... - Willow maldijo el temblor por la abstinencia. - Un hombre... Tu padre... Era un invitado. Lo que me parece raro, dado como es él. Y creo que el idiota no sabe en que se ha metido, más allá de la primera del poder.

Weiss asintió y miró el Scroll, Willow empezó a ir a otro lado.

-¿Te vas?

-Dices que quieres que conozca a tu prometido. ¿Quieres que me muestre toda ojerosa? - Weiss sonrió al oír el tono de su madre, era mejor que el de antes. - Y tu hermano... Weiss, tu hermano me ha ayudado en parte.

RWBY: ZX LegendsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora