♡──𝑆 𝐸 𝑉 𝐸 𝑁

687 62 7
                                    


—Bridget? —dijo Ella.

—Perdón, se me olvidó decirte que James me invitó al baile —se disculpó Bridget con su amiga.

—Descuida, esto no se ve tan mal como creí —admitió Ella.

—Ella... —llamó Encantador.

—Los dejaré solos —dijo Bridget, alejándose de ellos.

Morgie que veía la situación entre Uliana y James desde lejos, decidió intervenir.

—Hey, Hades... ¿Qué te parece si yo le doy eso a James y tú te vas con Maléfica?

—Está bien... gracias, amigo —dijo Hades, entregándole las cosas a Morgie.

Uliana, notando lo que estaba sucediendo, se acercó a Morgie.

—¿Qué crees que haces? —le preguntó Uliana con voz afilada.

—Ayudando a un amigo —respondió Morgie con calma, pero con firmeza.

Uliana tomó sus cosas y se alejó, mientras James se acercaba a Bridget, que estaba admirando el anuncio del baile.

—¿Quieres bailar? —preguntó él, ofreciéndole su mano.

—Esperaba que me lo pidieras —dijo Bridget con una sonrisa.

James la guió hacia la pista de baile, donde una melodía suave y romántica comenzaba a sonar. A lo lejos, Uliana los veía con odio y rencor.

—Uliana, no... —trató de detenerla Morgie.

—¿Tú también te vas a poner contra mí? —preguntó Uliana, enfurecida.

—La verdad, sí —respondió Morgie, firme.

Uliana rodó los ojos y se acercó a Bridget, interrumpiendo el baile.

—Bridget, querida.

—Vete, Uliana —dijo Garfio, poniendo a Bridget detrás de él.

—Tú me molestas —dijo Uliana, y con uno de sus tentáculos mandó a volar a Garfio, quedándose sola con Bridget.

—¿En qué te puedo ayudar, Uliana? —preguntó Bridget, confundida y preocupada.

—En nada. Yo quería pedirte una disculpa —mintió Uliana con voz dulce—. Realmente estaba celosa de ti y te envidio. Tu estilo es mucho mejor que el mío —continuó mintiendo.

—Yo no creo eso, Uli...

—Quiero ser tu amiga, y para comenzar con esta amistad te traje un regalo, como los que tú haces. No soy experta, pero quiero que tú lo pruebes —dijo Uliana, ofreciéndole el pastelito.

—Está bien —respondió Bridget, tomando el pastelito y dándole un mordisco.

Garfio llegó con ellas, pero ya era tarde; Bridget ya había comido un trozo del pastel.

—¿Qué hiciste, Uliana? —exclamó él, molesto y desesperado. Uliana, por su parte, solo se reía.

Pronto algunos alumnos comenzaron a gritar, mientras otros se reían. Bridget buscó a Ella, pero la vio reír junto con Encantador.

—¡La princesa monstruo! —gritó uno, señalándola mientras se burlaba de ella.

Otros salieron corriendo, y algunos más se burlaban abiertamente de ella.

—¿Bridget? —preguntó Garfio, preocupado.

—Ya basta de tanto drama —dijo Uliana, burlándose—. Como si no supieras que esto iba a pasar, James.

Bridget frunció el ceño, confundida, avergonzada y sintiéndose traicionada. Pronto, lágrimas comenzaron a aparecer en sus ojos.

Uliana la miró de reojo con una sonrisa malévola.

—¿Quieres la verdad? James solo te utilizó. Solo fuiste un juego para él. No eres nadie, princesita. Yo obtuve mi venganza —dijo Uliana.

—No... no, eso no es cierto, Bridget. Al principio, sí, pero me gustabas y mis sentimientos por ti no fueron mentira. Tienes que creerme, por favor.

Bridget intentó hablar, pero solo salían gruñidos o rugidos. Los que se burlaban pronto cambiaron su risa por temor. Ella intentó acercarse a Ella, pero ella se alejó y salió corriendo junto con Encantador. Todas las personas que ella quería la habían traicionado.

Bridget miró a su alrededor. Las pocas personas que quedaban la miraban con terror, lo que generó en ella un sentimiento extraño, una mezcla de tristeza y poder. Bridget, como pudo, salió corriendo de ahí. James intentó ir detrás de ella, pero Uliana lo amarró con uno de sus tentáculos.

—Eres un idiota si crees que te perdonará... ahora estás solo —dijo Uliana antes de irse, dejándolo atrapado y frustrado.

Bridget corrió lejos de la vista de todos, de la academia, hasta que llegó a la cascada. Se acercó al agua y vio su reflejo; había vuelto a la normalidad. Bridget comenzó a llorar todas las lágrimas que había contenido. Vio su vestido, ahora algo rasgado, y pasó la noche ahí, entre lágrimas y el sentimiento de traición. Cuando amaneció, el sentimiento de dolor se había transformado en enojo.

—Él hizo esto para complacer a Uliana... él solo era su juguete —se dijo a sí misma Bridget, sintiendo cómo la ira crecía en su interior.

Al día siguiente en la noche, cuando el tono rosa de su cabello se iba desvaneciendo poco a poco, Bridget llegó a la oficina de Merlín. Lo que ella no sabía era que, la noche de la broma, James había ido con él a contarle todo. Merlín había expulsado a Uliana y a los demás, dejando solo un castigo para James.

—¿En que te puedo ayudar, Bridget? —preguntó Merlín, levantando la vista de sus papeles.

—Me voy de la academia —dijo Bridget con firmeza.

—¿Estás segura? Todavía puedes quedarte.

—No. Esto es lo que quiero. Gracias por todo, Merlín.

—Buena suerte, Bridget. Siempre tendrás un lugar aquí si decides volver.

Bridget asintió y salió de la oficina. La academia, que una vez había sido su hogar, ahora le parecía extraña y hostil.

Después de eso, Bridget se fue de la academia pero un día antes James pasó al lado de ella pero no la reconoció, porque ya no era la dulce y amable Bridget. Le había gustado cuando todos le tuvieron miedo por un momento. Si la iban a respetar a base del miedo, era mejor así, es mejor que te teman antes que te amen.

Ella se detuvo un momento, observando a James de lejos. Él parecía perdido en sus propios pensamientos, probablemente lamentando sus acciones. Pero ella no tenía tiempo para la compasión. No más.En la academia, la noticia de la partida de Bridget se extendió rápidamente. Algunos estudiantes se sintieron aliviados, mientras que otros lamentaron la pérdida de alguien que una vez había sido tan querida y amable. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝗚𝗼𝗼𝗱 𝗟𝘂𝗰𝗸 𝗕𝗮𝗯𝗲 | 𝐷𝑒𝑠𝑐𝑒𝑛𝑑𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora