Sábado, el fin de semana finalmente llegó, por lo que, por fin nos dejaban descansar y tener tiempo libre. El viernes, el día anterior, el cansancio de nuestra escapada nocturna me pasó factura. Lo pasé terriblemente mal, ya que me quedaba dormida en casi todas las clases. Apenas podía mantener los ojos abiertos, y los profesores, enfadados, no tardaron en llamarme la atención. Inventé excusas, diciendo que me encontraba mal, solo para intentar que tuvieran un poco de empatía. Aunque, a decir verdad, ni yo me la creía.
Mientras tanto, Jungkook se mantenía igual de enérgico como siempre, como si la falta de sueño no le afectara en absoluto. Estaba claro que hacía esto con mucha frecuencia. El viernes se convirtió en un día aburrido, a pesar de que las clases habían terminado hasta el lunes. No ocurrió nada interesante. Jungkook y yo seguimos cumpliendo con el castigo, y él, fiel a nuestro trato, fingía sonreír más y se mostraba un poco más cercano a mí, solo para que la profesora creyera que nos estábamos "uniendo".
Todo era una farsa.
Tal y como lo prometió aquella noche, no tardó en volver a ser el mismo idiota de siempre. No hubo ningún cambio real, ninguna transformación en su actitud hacia mí, como yo, que ingenuamente creí que ocurriría después del momento tan simple y humano que vivimos.
En fin.
El sábado prometía ser un día mucho más interesante. Mingi, con su habitual sonrisa y energía, me había invitado a pasar el rato después de su entrenamiento de fútbol. O sea, una cita. La verdad es que la idea de despejarme y disfrutar de su compañía me emocionaba.
Me dirigí al campo de fútbol para esperarlo, y desde las gradas observé cómo entrenaba con su equipo. Mingi se movía por todo el campo con determinación y su habilidad para dominar el balón era impresionante. Cada vez que lograba meter un gol, su rostro se iluminaba con una sonrisa que hacía que mi corazón latiera un poco más rápido. Era imposible no sentirse atraída por su energía y la forma en que irradiaba confianza en si mismo.
Me apoyé en la barandilla, disfrutando del espectáculo. Mingi era todo lo contrario a Jungkook; amable, siempre sonriente, y con una actitud positiva que resultaba contagiosa. Mientras lo veía correr de un lado a otro del campo, no pude evitar pensar en lo diferente que me sentía estando cerca de él.
En cuanto Mingi terminó el entrenamiento, me reconoció inmediatamente esperándolo desde las gradas. Levantó una mano para saludarme con una sonrisa amplia, esa que siempre lograba ponerme de buen humor. Sin perder tiempo, se dirigió al vestuario y, en cuestión de minutos, salió con el uniforme del colegio. Su cabello aún estaba ligeramente mojado por la ducha rápida que se había dado, y algunos mechones oscuros caían desordenadamente sobre su frente.
—Hola, ¿llevas mucho tiempo esperando? —me preguntó Mingi mientras se acercaba, aún con la respiración agitada por el ejercicio.
—No, para nada. Ha sido entretenido verte jugar —le respondí con una sonrisa.
Antes de que pudiera decir algo más, la voz de Jessica rompió el momento, borrando la sonrisa de mi rostro. Me giré y la encontré de frente, acompañada por Jungkook, que caminaba a su lado. Jessica me lanzó una mirada juguetona, con una sonrisa que me hizo fruncir el ceño.
—Eh, novata —dijo, guiñándome un ojo—. ¿Tienes una cita?
—Hola, Jessica —saludó Mingi, aunque noté cómo rodaba los ojos con desagrado. No parecía nada contento de verla. Jungkook, a su lado, mantenía una expresión seria y evitaba mirar a Mingi directamente.
—No te importa lo que estamos haciendo —añadió Mingi, con un tono expresando su molestia. Cosa que me sorprendió.
—¿Por qué tan a la defensiva, querido? —replicó Jessica, fingiendo estar ofendida por su respuesta. Yo, por mi parte, me sentía confundida. ¿A Mingi también le caía mal Jessica? La situación se estaba volviendo más incómoda de lo que esperaba.
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Atados Rebeldes » Jeon Jungkook
FanfictionArin, una chica rebelde de 17 años, es enviada a un internado mixto para corregir su comportamiento y, aunque al principio se enfrenta a Jungkook, el chico más travieso del centro, su perspectiva cambia al descubrir una conexión inesperada. Juntos v...