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Al otro día, la primera en despertar fue Samy con un fuerte dolor en la espalda por el lugar donde había dormido, se levantó y vio a Félix dormido, sonrió inconscientemente pues llegó a pensar que estaría sola de nuevo, pero no fue así, pues Félix decidió estar ahí para Samantha, la apoyaría con su divorcio y en cada paso del camino hacia su recuperación. Y aunque no podía borrar el daño que Sebastián le había causado, podía ayudar a Samantha a sanar y a encontrar la felicidad de nuevo.

Ambos estaban bebiendo una taza de café en silencio, no sabían cómo comenzar una conversación.

Samy: hoy tengo la última junta con mi abogado, si todo sale bien, en dos días estaré divorciada y podemos hablar con los chicos - sonrió levemente la chica.

Félix: ¿De verdad? eso es increíble Sam, todo mejorara - se levantó y dejo la taza sucia en el fregadero, dudo en su siguiente movimiento, pero lo hizo, abrazo a Samantha quedando detrás de ella recargando su barbilla en su hombro - Samy...perdóname por todo, hace dos años te perdí por mi estupidez y... quiero volver a conquistarte, déjame demostrarte que soy el hombre que mereces.

El rostro de Samantha estaba levemente sonrojado, su cuerpo se tensó por el miedo de que todo se repitiera, todo lo que pasó con Félix y con Sebastián...

Samy: ¿Por qué debería darte otra oportunidad? - preguntó con voz temblorosa.

Félix: Porque te amo Samantha - dijo sincero - y sé que puedo hacerlo mejor esta vez, puedo ser paciente, atento y amoroso, quiero recuperar tu confianza y tu amor...

Samantha negó de repente alejándose de él, tantas veces escucho esas palabras por parte de Sebastián y al final siempre era el mismo daño. Sus ojos comenzaban a derramar pequeñas lágrimas, Félix al notar aquella acción entendió todo. Samantha tenía miedo.

Félix: Samy... entiendo que tengas miedo, pero no me rendiré, quiero demostrarte que cambie, y que no soy igual que él. Quiero estar contigo en todo este proceso, déjame estar a tu lado como tu amigo y apoyarte.

Samantha asintió llorando, abrazo al pelinegro.

Félix: eres todo lo que necesito Sam, y lamentablemente me di cuenta muy tarde 

El timbre del departamento sonó interrumpiendo aquella plática, ambos se separaron, Samy limpió su rostro y se acercó a la puerta para abrir encontrándose con Sebastián.

Sebastián: Samantha ¿Qué está pasando aquí? - dijo molesto al ver al pelinegro dentro del departamento.

Samy: ¿Qué haces aquí Sebastián? por favor vete - dijo nerviosa tratando de cerrar la puerta, pero el chico la abrió entrando.

Sebastián: no me iré hasta que me asegure de que no vas a caer de nuevo en sus brazos, ¿o qué?, ¿ya le abriste las piernas?

Samantha le soltó una bofetada dejando la mejilla ajena roja.

Félix: ¡Es suficiente Sebastián! ¡No tienes derecho de meterte en la vida de Samantha!

Sebastián: ¡Lo tengo Francisco! Es mi esposa - empujó levemente al pelinegro - ¡Tú no tienes derecho a estar aquí! - tomó el brazo de Samantha con fuerza - Nos vamos a nuestra casa - jalo a Samantha - ¡Ella es mía! - gritó hacia el pelinegro.

Samy: no Sebastián, no necesito ir a esa casa, necesito que te vayas... ahora - trataba de zafarse de su agarre.

Sebastián: no te dejaré aquí con él - tomo su rostro con fuerza.

Félix empujó a Sebastián separándolo de Samantha, la colocó detrás de él protegiéndola con su cuerpo.

Félix: No la vuelvas a tocar pendejo - soltó un puñetazo al rostro del chico - no sabes en lo que te estás metiendo - lo apunto con su dedo - déjala tranquila y solo vete

MAKTUB - RiverducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora