cap. 4: Secretos

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Alexandra:

Había algo en el aire esa noche, un leve susurro de preocupación que no me dejaba en paz. Después de salir de la habitación de Carlos, me sentía inquieta. No podía dejar de pensar en su expresión angustiada y en el extraño silencio que había entre él y Alejandro. Decidí que necesitaba despejar mi mente, así que me dirigí hacia mi habitación, esperando encontrar un poco de calma.

Cuando llegué, noté que la puerta estaba entreabierta. Al empujarla suavemente, vi a Marta sentada en la cama, con un libro en las manos, pero claramente distraída.

Al verme entrar, levantó la vista y me sonrió, aunque su sonrisa parecía algo forzada.—Hola, Alex. ¿Todo bien? —me preguntó, dejando el libro a un lado.

Me deslicé hacia la cama, sintiéndome cansada por la carga emocional del día.

—No estoy segura. Fui a ver a Carlos, pero no pude evitar sentir que hay algo más en lo que está pasando —respondí, intentando sonar casual, aunque mi voz traicionaba mi preocupación.

Marta se enderezó, con una expresión que se tornó más seria.—Lo entiendo. De hecho, he estado pensando en algo que podría estar relacionado con todo esto —dijo, mirando hacia el suelo antes de continuar—. Tú y yo hemos sido amigas desde hace mucho, y siempre hemos compartido todo, ¿verdad?

La mirada en sus ojos me hizo sentir que había algo importante que debía escuchar.

—Sí, claro —respondí, asintiendo—. ¿Qué pasa?

Marta suspiró, tomando un momento para ordenar sus pensamientos.

—Hay algo que no te he contado, pero creo que es importante. Carlos y tú... hay algo que ha estado oculto durante mucho tiempo. Y yo también tengo mi propio secreto.

Mis ojos se abrieron de par en par, el corazón acelerado por la intriga y la preocupación.

—¿Qué estás diciendo, Marta? ¿Qué secretos?

Marta tomó una respiración profunda, mirando hacia mí con una mezcla de determinación y vulnerabilidad.

—Recuerdo cómo solíamos hablar de Carlos y de Alejandro cuando éramos más jóvenes. Ellos también estaban en nuestra mente todo el tiempo, especialmente tú y Carlos. Y bueno, Carlos... parece que ha estado ocultando sus sentimientos por ti, como yo he estado ocultando los míos por Alejandro.

Mi mente se tambaleó con la revelación. Recordaba las charlas que solíamos tener sobre ellos, pero nunca había imaginado que Marta también guardaba un secreto tan profundo.

—¿Qué estás diciendo? ¿Carlos está enamorado de mí? —pregunté, mi voz apenas un susurro.Marta asintió lentamente.

—Sí, y lo ha estado durante mucho tiempo. Él ha estado lidiando con esos sentimientos y, según lo que he observado, no ha querido decir nada para no complicar las cosas con Pablo y con nuestra amistad. Y lo mismo pasa conmigo: he estado sintiendo cosas por Alejandro, pero no he encontrado el momento adecuado para decirlo.

Mi mente estaba en ebullición. Todo tenía sentido ahora, la tensión en el aire y el comportamiento extraño de Carlos. Intenté procesar la información, dándome cuenta de que mis propios sentimientos hacia Carlos habían estado enredados en un torbellino de confusión.

—Entonces, ¿qué hacemos con esto? —pregunté, buscando una solución a este complicado enredo de emociones.

Marta se levantó de la cama y se acercó a mí, poniendo una mano en mi hombro.—Lo más importante es que enfrentemos nuestros sentimientos. No podemos seguir escondiéndolos si queremos encontrar una solución. Carlos necesita saber que no está solo en esto, y yo también debo hablar con Alejandro.

La sinceridad en la voz de Marta me dio fuerza. Sabía que era el momento de enfrentar la verdad, tanto para mí como para ella.

—Tienes razón. Debemos ser honestas con nosotros mismas y con ellos. Gracias por decírmelo, Marta. Aprecio tu apoyo —dije, dándole una sonrisa de gratitud.

Marta asintió, y juntas nos quedamos en silencio, comprendiendo que el verano estaba a punto de cambiar de manera inesperada. Sabíamos que había desafíos por delante, pero también entendíamos que enfrentarlos era el primer paso hacia la claridad y la resolución.

Mientras las estrellas comenzaban a brillar en el cielo nocturno, me sentía decidida a enfrentar lo que fuera necesario. Los secretos estaban saliendo a la luz, y era hora de que todos tuviéramos la oportunidad de ser sinceros con nuestros sentimientos.

El verano en El Palmar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora