El 6 de junio era un día especial, no solo porque marcaba el inicio del verano, sino porque era el cumpleaños de Alexandra.
El ambiente estaba lleno de celebración y alegría en la casa junto al mar, decorada con guirnaldas y globos de colores. La playa se llenó de amigos y familiares para celebrar este día tan esperado.
El sol brillaba en el cielo, y la tarde se transformó en una velada encantadora. La mesa estaba decorada con un pastel de cumpleaños impresionante, y la atmósfera estaba llena de risas y música.
Alexandra, vestida con un vestido alegre y una diadema de cumpleaños, estaba rodeada de sus seres queridos, incluyendo a Carlos y su familia.Cuando llegó el momento de cantar "Feliz Cumpleaños", todos se reunieron alrededor de la mesa.
El pastel, adornado con velas que brillaban con la luz del atardecer, estaba en el centro de la mesa. Alexandra miraba el pastel con una mezcla de anticipación y emoción, el deseo que había estado guardando en su corazón durante los últimos dos años.
—¡Qué le pides! —gritó Marta, bromeando mientras todos esperaban el momento especial.
Alexandra sonrió, cerró los ojos y comenzó a soplar las velas. A medida que el último aliento se dirigía hacia las llamas, su mente se llenó del mismo deseo que había pedido el año anterior: estar con Carlos.
Era un deseo que había mantenido en secreto, un anhelo que había crecido con el tiempo.Con las velas apagadas, Alexandra abrió los ojos y, de manera inconsciente, su mirada se dirigió hacia Carlos.
Él estaba en el grupo de invitados, sonriendo y aplaudiendo, pero su expresión se tornó seria al notar el contacto visual. Los ojos de Alexandra se encontraron con los suyos, y en ese instante, el mundo pareció detenerse.
Carlos, aunque intentó ocultar su nerviosismo, no pudo evitar sentir una oleada de emociones al ver la intensidad en la mirada de Alexandra. No sabía si era el deseo que ella había pedido o algo más profundo, pero había algo en ese momento que lo hizo cuestionar todo lo que había estado guardando.
Mientras los invitados comenzaban a congratular a Alexandra y la fiesta continuaba, Carlos se dio cuenta de que la conexión entre ellos era más evidente que nunca. Sin embargo, la atmósfera festiva y las conversaciones en curso ayudaron a desviar la atención de cualquier conversación más profunda.
El resto de la tarde transcurrió con alegría y celebración. Alexandra estaba rodeada de amigos y familiares, y la fiesta se mantuvo animada. Aunque el deseo de Alexandra parecía haber marcado un momento especial, ninguno de ellos expresó abiertamente sus sentimientos en ese momento.
Al caer la noche, mientras la playa se iluminaba con las luces y las estrellas, Carlos y Alexandra compartieron una conversación ligera junto a la fogata. El aire estaba lleno de risas y charlas despreocupadas, y ambos parecían disfrutar de la compañía mutua sin profundizar en lo que el deseo de Alexandra realmente significaba.
La noche de cumpleaños había traído consigo un nuevo entendimiento, aunque aún no se había abordado directamente. Mientras la fiesta continuaba, el futuro parecía estar lleno de posibilidades, pero el presente seguía siendo un momento para disfrutar y celebrar.
ESTÁS LEYENDO
El verano en El Palmar
Roman d'amourLa familia Alcaraz y la familia Martínez siempre pasaban los veranos en El Palmar, Cádiz ,las familias eran muy unidas y dentro de esa unión estaban Carlos y Alexandra,mejores amigos desde la infancia,hasta ese verano,ese verano fue el cambio de tod...