SINOPSIS
Lucero y Mía Mijares Hogaza, hermanas totalmente diferentes, por dentro y por fuera, pero de sentimientos un poco similares.
Por chantaje Lucero tendrá que acudir a un viaje a París, donde conocerá a su peor pesadilla... Eduardo Capetillo...
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Las luces se apagaron, quedando solo la luz de la luna. Durante toda la noche, Eduardo me susurró cosas al oído y sus manos exploraron todo mi cuerpo, como si necesitara convencerse de que yo estaba ahí, de que esto era real. Estaba por quedarme dormida cuando abrí un poco los ojos Eduardo ya se encontraba en ropa interior, estaba cerrando los ojos de nuevo cuando sentí que me cargó cubierta por las sábanas, llegando a la habitación cerró las cortinas y de recostó en la cama junto a mi, mantuve mis ojos abiertos unos instantes, nos miramos fijamente y después nos fundimos en un beso tierno lleno de amor.
-Te amo.- dijo sin poder detener sus palabras, lo miré y tomé sus manos entre las mías y las lleve hasta mi pecho. -Yo también te amo Eduardo.- dije al fin, lo besé nuevamente, para después recostarme en su pecho, reaccionado a sus palabras recién dichas y lo que acababa de pasar hace unas horas, me quedé dormida escuchando de cerca sus latidos.
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La cita con Lucero sin duda fue la mejor decisión, el hecho de que haya decidido entregarse a mí solo comprobó que realmente la amaba, por fin tome el valor y se lo dije. Mi corazón dio un vuelco cuando escuché su respuesta, también me ama y eso es lo que más me hace feliz. Se recostó en mi pecho y al poco tiempo se quedó dormida, me quedé un rato mirándola dormir, sintiendo su respiración, disfrutando del momento, un rato después me quedé dormido.
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La mañana estaba lluviosa, dormimos hasta casi el medio día, desperté antes que Lucero, minutos después ella comenzó a moverse alze la cabeza de la almohada y ella se movió hasta quedar frente a mí, comencé a acariciarle la mejilla con un dedo y después lo deslicé hasta el cuello como si quisiera borrar un lunar que ahí tenía. Nuestras miradas se cruzaron y ambos sonreímos, noté un brillo especial en los ojos de Lucero, sin duda se veía hermosa recién levantada, no resistí más y la besé, sus besos eran dulces y sus labios tan suaves que no podía resistir sin besarla mucho tiempo. Pasamos el día entre risas, yo preparé el desayuno, mientras ella se bañaba, yo arregle todo, y subí el desayuno, los dos comimos en la habitación. Después de eso, yo sugerí que fuéramos a acampar al bosque que se encontraba cerca de la casa, ella entusiasmada me dijo que si, preparamos todo y salimos, nos adentramos al bosque y con ayuda de Lucy armamos la casa de campaña, estaríamos ahí hasta el siguiente día. Ella preparó comida y provisiones, después yo busqué algunos troncos para hacer una fogata, cuando lleve los troncos que usaríamos la vi sacando una bolsas para dormir, que supongo encontró en la casa, las usábamos cuando veníamos de vacaciones y mi papá nos traía a acampar, la vi tan ensimismada, tal vez pensó que estaríamos algunos días, me dio pena decirle que solo seria hasta mañana.
