SINOPSIS
Lucero y Mía Mijares Hogaza, hermanas totalmente diferentes, por dentro y por fuera, pero de sentimientos un poco similares.
Por chantaje Lucero tendrá que acudir a un viaje a París, donde conocerá a su peor pesadilla... Eduardo Capetillo...
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Cuando llegamos me baje para abrirle la puerta y ayudar a bajar a Lucero, ella me miró y sonrío, al hacerlo pude ver de nuevo esa sonrisa tan tierna, pero sin duda su mirada, era lo que me impresionaba, sus ojos adornados con esas pestañas que al sonreír se rasgaban ligeramente y la hacían ver adorable. Tal vez era muy despistado y no lo había notado o era por que la tenía muy cerca. Al parecer no había dejado de verla porque noté como sus mejillas se pusieron rojitas, la había sonrojado.
-Porque te sonrojaste? .- pregunté divertido, sabía el porqué, solo quería que ella lo dijera.
-Por como me miras.- contestó apenada, bajando la mirada, coloque mi mano en su barbilla y la levanté lentamente, ella me miró.
-Y... como te miro? .- pregunté mirando sus labios, recordé aquel sueño en el hospital, recordé su beso.
-Pues... así.- contestó en un susurro, yo la mire a los ojos, sus hermosos ojos. Nunca me había detenido a observarla, sin duda era hermosa sin maquillaje, creo que Lucero no me era tan indiferente. Me estaba perdiendo en su mirada y con esa cercanía moría por darle otro beso. Estábamos a escasos centímetros, pude sentir nuestras respiraciones, volví a mirarla a los ojos y ella comenzó a parpadear muchas veces y se alejó.
-Mejor hay que entrar.- dijo casi agitada.- comienza a ponerse frío aquí afuera.- dijo nerviosa y caminó hacia la entrada, en cambio yo comenzaba a tener calor, la seguí y abrí la puerta. Ella miraba la casa con admiración, yo bajé las bolsas del super que aún estaban en la camioneta, mientras Lucero conocía los espacios de la casa, una vez que todas las bolsas estuvieron en la cocina, fui hasta la sala y vi a Lucero que la observaba maravillada .
-Es linda, no te parece?.-
-Si, Mucho!.- dijo sonriendo.- cuanto tiempo estaremos aquí?.- pregunto apenada.
- Te parecen bien tres meses?.- pregunté esperando su respuesta.- fue el tiempo que me dieron para tener lista nuestra casa.- dije y ella me miró.
-Eduardo... yo no tengo casa.- dijo cabizbaja.- vivía en Los Ángeles con mi abuela pero ahora podemos utilizar las propiedades y en casa de mis padres ya no soy bien recibida.- dijo triste.
-Claro que tienes casa, yo no le refería a la de tus padres.- dije y ella me miró confusa.- cuando dije "Nuestra casa" yo hablaba de la que compre en la ciudad de México para nosotros, para ti.- dije y ella me miró sorprendida.
-Queee?.- pregunto asombrada.- compraste una casa para nosotros?.- pregunto.
-Creo que vamos a estar más cómodos que en mi departamento.- dije pensativo.- mi departamento no es grande, así que en una casa estaremos mejor, además la casa es más tuya que mia.- me miró sin entender.- la puse a tu nombre.
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