SINOPSIS
Lucero y Mía Mijares Hogaza, hermanas totalmente diferentes, por dentro y por fuera, pero de sentimientos un poco similares.
Por chantaje Lucero tendrá que acudir a un viaje a París, donde conocerá a su peor pesadilla... Eduardo Capetillo...
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Después de la caótica visita de mi padre, la cual me dejó asustada, Eduardo hizo todo para que me tranquilizara, después de varios intentos me dijo que lo hiciera por los bebés y tenía razón, en ellos era en quien tenía que pensar por qué cualquier cosa que me sucediera los podría perjudicar. Ya más tranquila, Eduardo hizo algunas llamadas, a Biby para decirle que estábamos en el hospital, a lo que de inmediato se preocupo, Eduardo los tranquilizó explicándoles la razón por la que debía estar internada, insistieron en venir pero Eduardo les dijo que no era necesario, ya una vez en la casa podrían ir a visitarnos, después llamó a Horacio y a Joss, lo supe después por Eduardo ya que me había quedado dormida unos momentos, esperando a que se terminara el medicamento. Una vez terminado, la enfermera me quito el suero que tenía, dejando un pequeño parche en mi mano, minutos después entro el doctor con los nuevos exámenes, los cuales indicaron lo mismo que los anteriores, me indico el tratamiento que debía seguir para la anemia y una vez que nos dio la receta y cerciorarse de que me encontraba bien nos retiramos, lo que más anhelaba en estos momentos era estar tranquila en mi casa, sin duda el pésimo momento con mi papá me había dejado exhausta.
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La noche transcurrió tranquila, con el medicamento las punzadas en el vientre habían cesado, pero por la mañana unas terribles ganas de vomitar me invadieron. Apresurada me levanté y corrí hacia el baño, llevaba un rato inclinada vomitando que sentí una mano en mi espalda.
-Así que nuestros niños decidieron hacer acto de presencia.- dijo Eduardo dando ligeros toques en mi hombro. -Ya se habían tardado.- dije un poco temblorosa.- Eduardo vete de aquí, esto es un asco.- dije apenada. -No me importa Lucy, voy a estar contigo.-dijo tranquilamente. -A mi si me importa, por favor vete.- dije molesta pero con lágrimas en mis ojos, tenía un mar de emociones dentro de mí y lo que dijo Eduardo me causo ternura pero no podía dejar que me viera vomitar, toda yo era un caos por dentro.- vete Eduardo.- le grité y él quitó la mano que tenía sobre mi, lo sentí salirse del baño, después de unos segundos donde ya no vomitaba sino que lloraba por la manera en la que le hable a Eduardo, jale la cadena y decidí darme un baño, me despoje de la pijama que traía, tarde unos momentos bajo el agua, comenzaba a hacer efecto en mi y ya me estaba relajando. Tardé unos minutos más y salí envuelta en una toalla, no sin antes cepillar mi boca en varias ocasiones, no quería dejar rastro de lo que sucedió momentos antes. Salí del baño y me encontré con un Eduardo recién bañado y arreglado, colocándose los zapatos, seguramente se bañó en la otra habitación, al verme sonrió. -Ya te sientes mejor?.- pregunto con una de esas sonrisas que me enamoran. -Si, gracias.- contesté, el seguía amable conmigo y ahora me siento mal por gritarle hace rato.- Eduardo yo quiero... -No te preocupes bonita, me voy a salir para que te cambies tranquilamente.- hablo interrumpiendome. -No es necesario que te vayas... -Si lo es, voy a preparar el desayuno, cuando estés lista bajas.- dijo mientras caminaba hacia la puerta.- -Pero Eduardo yo quiero... -Te voy a esperar para desayunar juntos, no te tardes tanto.- dijo y salió, no me dejó hablar para disculparme, me aliste lo más rápido que pude, colocándole algo cómodo.
