La llegada

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Chiara

El viaje en avión se me ha hecho larguísimo, y ni siquiera he podido ir escuchando algo de música mientras llegábamos a Granada. ¡Yo no estoy hecha para esto! Desde que era pequeña la mayoría de las veces he usado mi poder para llegar a los lugares más lejanos de la isla, ¿por qué tenía que ir en avión para ir a un sitio como Granada? No lo entiendo, ni quiero hacerlo. Cuando nos bajamos del avión, Martin llama a un taxi y nos lleva a la dirección que venía con las instrucciones de la misión, por lo visto Noe nos ha comprado un apartamento para los tres, para que no tuviéramos inconveniente a la hora de buscar uno.

La verdad es que el piso no está nada mal; las paredes estaban pintadas de un color vainilla suave, los muebles eran de color madera, en el salón había dos largos sofás con cojines y en el centro una mesa. Tenía una cocina con dos puertas que conectaba con el salón y el pasillo por donde estaban las habitaciones; las tres eran más o menos del mismo tamaño, y casi idénticas, todas con baño propio. Al fondo a la derecha había una puerta que daba a una pequeña terraza, con una mesa de cristal y varias sillas que parecían bastante cómodas. Le tiene que haber costado una pasta esto, pensé en cuanto vi el apartamento entero.

Me metí sin pensarlo en la última habitación, dejé la maleta a un lado y me tumbé en la cama que había, era muy cómoda, fácilmente podría quedarme dormida sin pensarlo. Saqué mi teléfono y quité el modo avión; habían mensajes de mi madre y de Jasmine, que eran fotos de Joey lanzándome besos, y en la descripción ponía "te echamos de menos, hermanita". En cuanto lo vi no pude evitar ponerme a llorar, yo también los echaba de menos, no saben cuánto. Me limpié las lágrimas y salí de mi habitación, encontrándome a Martin en el salón, sentado en uno de los sofás, viendo algo en un portátil que no sabía que tenía.

- ¿Y ese portátil? – Me acerqué y me acurruqué junto a él, que enseguida me envolvió con sus brazos.

- No tengo idea, estaba encima de la mesa. Lo he abierto y había una nota de Noe.

Le pedí el ordenador y vi la nota.

Hola chicos, sé que es difícil para vosotros haber tenido que viajar tan lejos a una ciudad que apenas conocéis, sobre todo a ti, Chiara, pero era necesario, mucho. En este portátil tenéis toda la información sobre la misión que falta en el título de la academia. También me he tomado la libertad de buscar trabajos acorde a lo que sé que os gusta, están adjuntos en el archivo "works". Leed atentamente, esto os tenéis que tomar muy en serio, debéis actuar como personas normales, nada de poderes, incluida tú, Ruslana. Disfrutadlo, chicos, Granada es una ciudad preciosa, y os lo merecéis. 

Besos, Noe.

Bufé nada más terminar de leer la nota – ¿Qué pasa?

- ¿Que qué pasa? Tin, estamos solos en esta ciudad, no conocemos a nadie.

- No te preocupes por eso, Keeks. Podemos salir esta noche a dar una vuelta, y así por lo menos nos despejamos un poco. Además, tendremos que socializar, ¿no? Deja de pensar y vívelo.

- No lo sé, Martin. Estoy preocupada, ¿y si no superamos la misión?

- Olvídate por un momento de la misión, ¿sí? Mira, te voy a pasar los trabajos que ha escogido Noe al móvil y les das un repaso, a ver si te gustan.

- No quiero ver esos trabajos, quiero encontrar uno por mí misma, por lo menos que me deje hacer eso a mí.

- Está bien. Entonces, ¿salimos esta noche? Porfaaaa – Me hizo un puchero al que sabe perfectamente que no podría resistirme.

- Está bien, pero habla tú con Rus, yo me voy a descansar, que estoy muerta del viaje.

- ¡Anda ya! Si solo han sido tres horas y media, dramática – Le saco la lengua y me río.

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